LA FE DE LA CABEZA CONTRA LA FE DEL CORAZÓN

LA FE DE LA CABEZA CONTRA LA FE DEL CORAZÓN


Jon Wesley dijo una vez que el enemigo, de los que creen, les ha dado un sustituto para la fe, uno que se parece y suena mucho como la fe, tanto que algunas personas no pueden ver la diferencia. Él le llamó a este sustituto: “Asentimiento Mental”. Mucha gente lee la Palabra de Dios y está de acuerdo en que es verdad, pero solamente están de acuerdo con sus mentes. Y eso no es lo que produce resultados. Pues es la fe del corazón lo que recibe Dios. Marcos 11:23-24 dice:
“Les aseguro que si alguno le dice a este monte: “Quítate de ahí y tírate al mar”, creyendo, sin abrigar la menor duda de que lo que dice sucederá, lo obtendrá. Por eso les digo: Crean que ya han recibido todo lo que estén pidiendo en oración, y lo obtendrán”.
¿Cómo podemos decir si tenemos esta fe del corazón o si solamente estamos de acuerdo mental mente?:
El asentimiento mental dice: “Yo sé que la Palabra de Dios es verdad. Yo sé que Dios ha prometido sanidad, pero por alguna razón yo no la puedo obtener; no la entiendo, no está de acuerdo a mis paradigmas o supuestos de cómo el mundo se formó”.
La fe del corazón dice: “Si la Palabra de Dios lo dice, entonces así es. Es mío. Lo tengo ahora. “La fe dice: “Lo tengo aunque no lo pueda ver ni sentir”
Ejemplos de Fe del corazón Vs Asentimiento Mental:
Demasiados cristianos tienen una “fe como la de Tomás” cuando deberían tener “Una fe como la de Abraham”
Fe de Tomás: Jn: 20:24-29.
“24Pero Tomás, uno de los doce, llamado Dídimo, no estaba con ellos cuando Jesús vino. 25Le dijeron, pues, los otros discípulos: Al Señor hemos visto. El les dijo: Si no viere en sus manos la señal de los clavos, y metiere mi dedo en el lugar de los clavos, y metiere mi mano en su costado, no creeré. 26Ocho días después, estaban otra vez sus discípulos dentro, y con ellos Tomás. Llegó Jesús, estando las puertas cerradas, y se puso en medio y les dijo: Paz a vosotros. 27Luego dijo a Tomás: Pon aquí tu dedo, y mira mis manos; y acerca tu mano, y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente. 28Entonces Tomás respondió y le dijo: ¡Señor mío, y Dios mío! 29Jesús le dijo: Porque me has visto, Tomás, creíste; bienaventurados los que no vieron, y creyeron”.
Fe de Abraham: Rom. 4:17-21.
“17(como está escrito: Te he puesto por padre de muchas gentes) delante de Dios, a quien creyó, el cual da vida a los muertos, y llama las cosas que no son, como si fuesen. 18El creyó en esperanza contra esperanza, para llegar a ser padre de muchas gentes, conforme a lo que se le había dicho: Así será tu descendencia. 19Y no se debilitó en la fe al considerar su cuerpo, que estaba ya como muerto (siendo de casi cien años), o la esterilidad de la matriz de Sara. 20Tampoco dudó, por incredulidad, de la promesa de Dios, sino que se fortaleció en fe, dando gloria a Dios, 21plenamente convencido de que era también poderoso para hacer todo lo que había prometido; 22por lo cual también su fe le fue contada por justicia. 23Y no solamente con respecto a él se escribió que le fue contada, 24sino también con respecto a nosotros a quienes ha de ser contada, esto es, a los que creemos en el que levantó de los muertos a Jesús, Señor nuestro, 25el cual fue entregado por nuestras transgresiones, y resucitado para nuestra justificación”.
Concluyo que: La diferencia entre la fe de Tomás y la fe de Abraham. Tomás solamente tenía una fe humana natural, la cual decía: “No creeré a menos que sienta y vea”. Abraham, sin embargo, creyó la Palabra de Dios, no considerando su propia forma de pensar como su forma de sentir natural. Por consiguiente si Abraham no valorizo ni consideró sus paradigmas ni sus sentimientos físicos ¿entonces qué consideró? “La Palabra”. Por lo contrario, podemos ver hombres, totalmente diferentes a Abraham, leamos en 2 Timoteo, y luego, se explicara cada verso:
2 de Timoteo. 3:14-17: “13 más los malos hombres y los engañadores irán de mal en peor, engañando y siendo engañados. 14Pero persiste tú en lo que has aprendido y te persuadiste, sabiendo de quién has aprendido; 15y que desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús. 16Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, 17a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra”.
Explico:
En el 3.14 Asediado por los falsos maestros y las presiones inevitables de un ministerio en crecimiento, Timoteo pudo fácilmente abandonar su fe o modificar su doctrina. Una vez más Pablo le aconseja que mire su pasado y se aferre a las enseñanzas básicas acerca de Jesús que son verdades eternas. Como Timoteo, nosotros también estamos rodeados por falsas enseñanzas, pero no debemos permitir que nuestra sociedad distorsione o aplaste la verdad eterna de Dios. Cada día dedique tiempo a pensar en los fundamentos de su fe cristiana que se encuentran en la Palabra de Dios, las grandes verdades que edifican su vida.
En 3.15Timoteo fue uno de los primeros en la segunda generación de cristianos: llegó a ser cristiano no por medio de la predicación de un evangelista que hubiera predicado un tremendo sermón, sino debido a que su madre y su abuela le enseñaron las Sagradas Escrituras desde que era un niño (1.5). La labor de los padres es de una importancia vital. Tanto en casa como en la iglesia es necesario entender que enseñar a los niños es tanto una oportunidad como una responsabilidad. Jesús quería que los niños vinieran a Él (Mateo 19.13–15). A semejanza de la madre y abuela de Timoteo, Eunice y Loida, haga su parte en guiar a sus hijos a Cristo. Para Timoteo, «las Sagradas Escrituras» era el Antiguo Testamento, desde Génesis hasta Malaquías. El Antiguo Testamento es importante pues apunta a Jesucristo. Al mismo tiempo, la fe en Cristo hace que la Biblia entera sea comprensible.
En 3.16 La Biblia no es una colección de historias, fábulas, mitos o simplemente ideas humanas acerca de Dios. No es un libro humano. Por medio del Espíritu Santo, Dios reveló su persona y su plan a ciertos creyentes que escribieron su mensaje para su pueblo (2 Pedro 1.20, 21). Este proceso es conocido como inspiración. Los escritores escribieron desde su contexto personal, histórico y cultural. Aunque usaron sus propias mentes, talentos, idioma, y estilo, escribieron lo que Dios quería que escribieran. La Escritura es absolutamente confiable porque Dios controló sus escritos. Sus palabras son completamente autoritativas para nuestra fe y vidas. La Biblia es inspirada por Dios. Léala y use su enseñanza para que guíe su conducta.
En 3.16, 17 Toda la Biblia es la Palabra inspirada de Dios. Porque es inspirada y confiable, debemos leerla y aplicarla a nuestras vidas. La Biblia es la norma para probar todo aquello que pretende ser verdad. Es nuestra protectora de las enseñanzas falsas y nuestra fuente de dirección para saber cómo vivir. Es nuestra única fuente de conocimiento acerca de cómo podemos ser salvos. Dios quiere mostrarle lo que es verdadero y equiparlo para vivir para Él. ¿Cuánto tiempo emplea usted en la Palabra de Dios? Léala regularmente para descubrir la verdad de Dios y llegar a tener seguridad en su vida y en su fe. Desarrolle un plan para leer toda la Biblia y no sólo los pasajes conocidos.
Y por último en, 3.17En nuestro celo por la verdad de las Escrituras, nunca debemos olvidar su propósito: completos íntegros y capacitarnos para hacer bien. No deberíamos estudiar la Palabra de Dios sólo para incrementar nuestro conocimiento o prepararnos para ganar argumentos. Deberíamos estudiar la Biblia para MADURAR y saber cómo llevar a cabo la obra de Cristo en el mundo. Nuestro conocimiento de la Palabra de Dios no será útil a menos que fortalezca nuestra fe y nos lleve a hacer bien. Por otra parte:
¿ÉXISTE ALGÚN ATAJO HACIA LA ABUNDANCIA?
Atajo se define como: “Un medio de alcanzar algo más directo y rápidamente que utilizando un procedimiento o proceso ordinario”
“Es un camino más directo que el que se sigue normalmente; y esto es realizable por medio de la FE”

JESUCRISTO AUTOR Y CONSUMADOR DE LA FE:
Heb.12: 1Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, 2puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios. 3Considerad a aquel que sufrió tal contradicción de pecadores contra sí mismo, para que vuestro ánimo no se canse hasta desmayar.
Una palabra final:
Hemos terminado nuestras lecciones de fe, solo por leer este contenido. ¿Sí o no? ¿No es verdad que nuestra jornada de fe nunca estará verdaderamente completa hasta que estemos frente al Padre? Me regocijaré, si el contenido de este contenido sobre la fe, o si alguna palabra que usted haya leído de lo que escribí, o de lo que cité, tiene un efecto positivo sobre su propia jornada de fe.
Al final, cuando estemos frente a Dios, nuestra fe será lo que le traerá honra y gloria.
«Para que sometida a prueba vuestra fe, mucho más preciosa que el oro, el cual aunque perecedero se prueba con fuego, sea hallada en alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo»(1 Pedro 1.7).
¡Y su fe será probada con fuego! La figura en el texto griego es de un alfarero, que repetidamente calienta el metal, haciendo salir la «basura» (impurezas, escorias, residuos) al surgir a la superficie del metal derretido. ¿Cuándo sabe el orífice que ha terminado? Se nos dice que en la antigüedad, el refinador sabía que había terminado el proceso de purificación recién cuando podía ver claramente su propio reflejo en el oro.
De la misma manera, nuestro amoroso Señor Jesús será nuestro compañero fiel a través de toda prueba de fuego. Al someternos al tratamiento de nuestra vida en su presencia, al confesar las impurezas que van surgiendo por causa del calor de las circunstancias, El removerá con amor toda la «escoria» de nuestras vidas. Al margen de cuánto hayamos avanzado en el proceso, un día glorioso nos encontrará frente a Él. Al haber removido la última de las impurezas, veremos su imagen perfeccionada:
«Seremos semejantes a Él, porque le veremos tal como Él es» (1 Juan 3.2).