EL ESPIRITU SANTO: EL BUEN FRUTO VS LOS FRUTOS DE LA CARNE

EL ESPIRITU SANTO: EL BUEN FRUTO VS LOS FRUTOS DE LA CARNE


Como dije en el estudio de la vida eterna, estar espiritualmente vivo, significa que nuestro ser integral, Espíritu, Alma y Cuerpo, está en unidad con Dios. Significa que estamos “en Cristo”, y que Cristo está en nosotros, no es un  relato histórico de los treinta y tres años en que apareció en la carne. La realidad es que, Yo soy su cuerpo Él es mi Vida. Usted es su cuerpo y Él es su Vida. A causa de esta unión, en nuestro espíritu, decantamos en ser, su cuerpo, donde vive, esta vida, y pasamos a denominarnos cristianos, porque somos parte de él.
Por otra parte, “Hay una gran diferencia entre un evento, y tener vida eterna; un evento es como nuestro nacimiento físico, que cada vez que se cumpla el mes y el día que nacimos lo festejamos, mientras que la vida eterna, es una persona llamada Jesucristo que vive en el espíritu nuestro, con quien requerimos convivir, de día, a día, y llenarnos de su CARÁCTER y sabiduría plena, con el propósito de estar completos y capacitados para toda buena obra”
Con el propósito de recordarnos, el Espíritu Santo, es una persona Divina, Eterna, no derivada, que posee todos los atributos de personalidad y deidad, como:
  • Intelecto 1Cor.2:10-13
  • Emociones Ef.4:30
  • Voluntad 1Cor.12:11
  • Eternidad He.9:14
  • Omnipresencia Sal.139.7-10
  • Omnisciencia Is.40:13-14
  • Omnipotencia Ro.15:13
  • Veracidad Jn.16:13
  • En todos los atributos divinos y en sustancia Él es igual al Padre y al Hijo Mt.28:19; Hch.5:3-4; 28:25-26; 1Cor.12:4-6; 2Co.13:14, y Jer.31:31-34 con He.10:15-17
  • Él amado Espíritu Santo, ejecuta la Voluntad Divina con relación a toda la humanidad. Podemos reconocer su actividad soberana en la Creación Gn.1:2, la Encarnación Mat.1:18, la revelación escrita 2P.1:20-21 y la obra de salvación Jn.3:5-7
  • El amplio espectro de su actividad divina incluye convencer al mundo de pecado, de justicia, y de juicio; glorificando al Señor Jesucristo y transformando a nosotros los creyentes, a la imagen y semejanza de Jesucristo Jn.16:7-9; Hech.1:5; 2:4; Ro.8:9; 2Co.3:6; Ef.1:13
  • Todo creyente posee la presencia del Espíritu Santo, quien mora en él desde el momento de la salvación. El deber de todos los que hemos nacido del Espíritu Santo, consiste en ser llenos (controlados por) él Espíritu Santo Jn.16:13; Ro.8:9; Ef.5:18; 2P.1:19-21; 1Jn.2:20, 27.
  • Él Espíritu Santo da su fruto o carácter, y administra dones espirituales a la iglesia, él no se glorifica a sí mismo ni a sus dones por medio de muestras ostentosas, sino que glorifica a Jesucristo, al implementar su fruto y edificación de los creyentes en la fe genuina, y la obra de redención de los perdidos Gal.5:22-23; Jn.16:13-14; Hech.1:8; 1Cor.12:4-11; 2Cor.3:18.
Pues bien, habiendo recordado algunos aspectos de la amada Persona del Espíritu Santo, su fruto, es la obra espontánea del Espíritu Santo en nosotros. El Espíritu produce estos rasgos del carácter que se encuentran en la naturaleza de Cristo. Ellos son el producto del control de Cristo, no podemos obtenerlo por tratar de llevarlos sin su ayuda. Si queremos que el fruto del Espíritu se desarrolle en nuestras vidas, debemos unir nuestra vida a la de Él solo así podemos vivir este carácter; (véase Juan 15:4, 5); y debemos conocerlo, obedecerlo, amarlo, comprometernos, ser fiel. El resultado será que cumpliremos con el propósito proyectado de la ley: amar a Dios y al prójimo. En este estudio solo mostrare la diferencia del buen fruto y el carnal, pero en el siguiente estudio, estudiaremos cada uno de los frutos del Espíritu. Gál.5:22-23 dice
“22Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, 23mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley”.
ESTUDIEMOS LA PALABRA: EL FRUTO:
La palabra karpos (καρπός, 2590), fruto. Se usa: Del fruto de los árboles, de los campos, de la tierra, aquello que es producido por la energía inherente de un organismo vivo, p.ej., Mt 7.17; Stg 5.7,18; plural, p.ej., en Lc 12.17; 2 Ti 2.6; En términos generales se refiere a todo producto que obtiene de la tierra, especialmente designa a las plantas y al fruto de estos.
En términos metafóricos aludiendo al fruto del cuerpo humano (Lc 1.42: “..y bendito el fruto de tu vientre”; Hch 2.30). De obras o actos, siendo el fruto la expresión visible del poder que obra interna e invisiblemente, siendo el carácter del fruto evidencia del carácter del poder que lo produce Mt 7.16:
“Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos?
Frecuentemente se usa la palabra en sentido figurado. Cristo espera que su iglesia y sus seguidores lleven mucho fruto. Juan. 15:2:
“Todo pámpano que en mí no lleva fruto, lo quitará; y todo aquel que lleva fruto, le limpiará, para que lleve mas fruto”
También significa "Las virtudes Cristianas", actitudes y acciones, en el feliz resultado que está en oposición a las obras de la carne. Es el carácter que el Espíritu Santo "Produce por su presencia, en aquellos que le obedecen”.
En Mateo.7:16.- se menciona el reclamo de buenos frutos, así como las expresiones visibles de las concupiscencias soterradas, siendo las obras de la carne. De la misma manera el PODER INVISIBLE DEL ESPÍRITU SANTO" se da en aquellos que son traídos a una unión vital con Cristo. (Jn.15:2-8.16), produciendo el fruto del Espíritu, la forma singular es sugerente, de que en ellos, se reproduce la unidad del carácter del Señor, todo ello es un contraste con las confusas y frecuentes incoherentes obras de la carne.
En el siguiente apartado, veremos las tres condiciones del ser humano, como la diferencia entre el fruto de Espíritu Santo, y las obras de la carne:

LAS TRES CONDICIONES DEL SER HUMANO
EL HOMBRE NATURAL SIN VIDA ETERNA: SIN VIDA ESPIRITUAL, SOLO VIDA FISICA, SU EGO ES SEÑOR Y LO PRIMERO QUE HARA SERÁ SATISFACERLO.
“Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados, en los cuales anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la corriente de este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia. “Ef. 2:1-2. “Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente.” 1 Cor. 2:14

EL HOMBRE ESPIRITUAL CON VIDA ETERNA: TIENE VIDA ESPIRITUAL, Y VIDA FISICA, SU EGO A SIDO DESTRONADO EL SEÑOR ES SU VIDA  Y LO PRIMERO QUE HARA SERÁ SATISFACERLO
Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados, en los cuales anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la corriente de este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia. “Ef. 2:1-2. “En cambio  el espiritual juzga todas las cosas; pero él no es juzgado de nadie.” 1 Cor. 2:15. “Porque el ocuparse de la carne es muerte, pero el ocuparse del espíritu es vida y paz.” Rom. 8:6. La religión se deletrea: H-A-C-E-R. El Cristianismo se deletrea: H-E-C-H-O

TIENE VIDA ESPIRITUAL, Y VIDA FISICA: SU EGO LO ESTA ENTRONANDO EN PRESENCIA DEL SEÑOR  LO PRIMERO QUE HARA SERÁ SATISFACERLO
EL HOMBRE CARNAL CON VIDA ETERNA SIN ACTUAR PRIMERO PARA DIOS: De manera que yo, hermanos, no pude hablaros como a espirituales, sino como a carnales, como a niños en Cristo. Os di de beber leche, y  no vianda; porque aún no erais capaces, ni sois capaces todavía, porque aún sois carnales; pues habiendo entre vosotros celos, contiendas y disensiones, ¿no sois carnales y andáis como hombres? 1 Cor. 3:1-3

DIFERENCIA DEL FRUTO DEL ESPÍRITU Y LAS OBRAS DE LA CARNE
EL VIEJO YO, EL NUEVO YO Y LA CARNE
Preguntémonos:
  • ¿Cómo es posible que la carne tenga aún tanta fuerza en la vida del creyente?
  • ¿Cómo puede el Espíritu Santo habitar en el mismo cuerpo que la carne impía?
  • Hemos visto que las Escrituras enseñan que el cristiano verdadero no está ya en la carne, sino en el Espíritu (Romanos 8.1–9).
  • ¿Por qué entonces sigue actuando en su vida junto con el Espíritu Santo?
En Gálatas 5.16–24. Muestra que, “la carne es la tendencia, que hay en cada persona, a actuar independientemente de Dios y centrar su interés en sí misma”.
La persona que no ha nacido de nuevo, conforme al primer gráfico, es decir; sin recibir y centrarlo a Jesús en su espíritu, trabaja completamente en la carne (Romanos 8.7–8), adorando y sirviendo a la criatura antes que al Creador (Romanos 1.25).
Cuando uno experimenta el nuevo nacimiento, su viejo yo muere y nace el nuevo [pero] durante los años que había estado separado de Dios, sus experiencias mundanas le habían programado meticulosamente el cerebro con pautas de pensamiento, indicios de memoria, respuestas y hábitos que son extraños al Señor. De modo que aunque su viejo jefe ya no esté, su carne sigue opuesta a Dios en la forma de una propensión a pecar programada de antemano que vive independiente de Él.
Es interesante ver como Pablo utiliza sárx cuatro veces sin implicar ningún juicio moral negativo ni que el término tenga connotación alguna de pecado (Gálatas 1.16; 2.16, 13 y 14); ocho en las que hace un juicio moral negativo y sárx se convierte en término descriptivo de la naturaleza más baja del hombre o es definida como simplemente «mala» (Gálatas 5.13, 16 y 17 [dos veces]; 19, 24; 6.8 [dos veces]); y cinco en las que la palabra no es pecaminosa en sí, pero tiende hacia esa dirección" (Gal. 3.3; 4.23 29; 6.12 y 13). Entonces
¿QUÉ ES LA «CARNE»?
Como dije anteriormente;
“la carne es la tendencia, que hay en cada persona, a actuar independientemente de Dios y centrar su interés en sí misma”.
Veamos algunos comentarios sobre la misma; Longenecker comenta sobre el sentido de sarx, él dice que la carne en Gálatas 5.13–6.10 Pablo utilizaba principalmente para referirse a «la naturaleza humana caída, corrupta o pecaminosa, distinguiéndola de la del hombre tal y como fue creada por Dios en un principio».
Para desanimar cualquier idea de dualismo antropológico, que pudiera surgir de la traducción de sarx por «carne» en el contexto ético, algunos traductores han interpretado el término de varias formas descriptivas. Como por ejemplo:
Así [en inglés] han aparecido traducciones como «NATURALEZA FÍSICA» (AMUT),
«NATURALEZA HUMANA/DESEOS NATURALES/DESEO FÍSICO» (GNB),
«NATURALEZA INFERIOR» (NEB),
«NATURALEZA CORRUPTA» (KNOX)
Y «NATURALEZA PECAMINOSA» (NIV),
U otra más libre como «FALTA DE MODERACIÓN>> (JB)[ … ]
Quizás las mejores de ellas sean las que añaden el adjetivo «CORRUPTA» O «PECAMINOSA» AL SUBSTANTIVO «NATURALEZA» (p. ej. KNOX, NIV), para sugerir así un aspecto esencial de la condición presente de toda la humanidad, opuesta al «Espíritu», y evitar la idea de que el cuerpo humano sea malo en sí mismo.
Como conclusión de su tratamiento a este pasaje, Longenecker comenta que «el cristiano puede escoger entre usar su libertad en Cristo “como oportunidad para la carne” o para responder al “Espíritu”».
William Barclay expresa acertadamente la idea de sarx en el sentido ético con las siguientes palabras:
“La carne es aquello en lo que el hombre ha aceptado convertirse, opuesto a lo que Dios quería que fuese. La carne representa el efecto total sobre el hombre de su propio pecado, el de sus padres y el de toda la gente que le ha precedido [ … ] La carne es la naturaleza humana debilitada, viciada, contaminada por el pecado. La carne es la naturaleza del hombre que no tiene a Jesucristo y a su Espíritu”.
Todo lo que hemos estudiado hasta ahora es decisivo para comprender la descripción que Pablo hace de la guerra del creyente contra la carne, y que comienza en Gálatas 5.16. En ese versículo, el apóstol da un mandamiento seguido de una promesa.
LA CARNE CONTRA EL ESPÍRITU
Para seguir con nuestra libertad sobre la carne, nos es necesario lo siguiente:
“Digo, pues: Andad en el Espíritu y no satisfagáis los deseos de la carne.
El mandamiento es «Andad en el Espíritu».
Aunque está, ciertamente relacionado con lo que antes se dijo (vv. 13–15),
“13Porque vosotros, hermanos, a libertad fuisteis llamados; solamente que no uséis la libertad como ocasión para la carne, sino servíos por amor los unos a los otros. 14Porque toda la ley en esta sola palabra se cumple: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. 15Pero si os mordéis y os coméis unos a otros, mirad que también no os consumáis unos a otros”.
Esta exhortación al amor fraternal, introduce lo que viene a continuación. El versículo 15 tal vez implica que la iglesia de los gálatas estaba profundamente dividida. En realidad, el carácter de la epístola revela a una iglesia en discordia a causa de los legalizantes, quizás judíos cristianos celosos de la Ley mosaica. Las tensiones debieron ser profundas entre los creyentes como lo son en tantas iglesias hoy en día. Por lo tanto, Pablo les dice cómo experimentar el amor fraternal que Dios quiere que exista entre ellos. Dicho amor viene, expresa el apóstol, de:
«ANDAR EN EL ESPÍRITU, Y ANDAR EQUIVALE A TENER EL FRUTO DEL ESPÍRITU».
POR CONSIGUIENTE, EL PROCESO CLAVE: ANDAR EN EL ESPÍRITU
Referente a lo que sigue, es decir, al conflicto entre la carne y el Espíritu, Pablo expone ante ellos el mismo y único secreto para la victoria: «ANDAD EN EL ESPÍRITU».
La palabra traducida por «ANDAD», peripatéo (CAMINAR, TRANSITAR) aparece con frecuencia en las cartas de Pablo, y de vez en cuando en las de Juan, en el sentido figurativo de «VIVIR» O «CONDUCIRSE» el uso figurativo de peripatéo procede del hebreo (halak), término utilizado reiteradamente en el Antiguo Testamento para expresar el «CAMINAR» O EL «CONDUCIR LA PROPIA VIDA» El presente del imperativo peripateite, que denota una exhortación a la acción en progreso, implica que los gálatas debían continuar con lo que habían estado haciendo hasta entonces, es decir, experimentar la presencia y la operación del Espíritu en sus vidas (cf. 3.3–5) y vivir por la fe (cf. 5.5).
La victoria sobre la carne es, pues, Un inicio y un proceso: Nacer, y vivir, andar y ser guiados por el Espíritu. Podemos observar que El énfasis está puesto en el proceso y no en la crisis, del nuevo nacimiento
¿Y QUÉ DE LAS EXPERIENCIAS DRAMÁTICAS?
Es muy importante para nuestros días, cuando tanto se destacan las experiencias dramáticas con el Espíritu, como la puerta a la santificación, al poder en la vida del cristiano, y a un nivel único en la fe del cual fluirán todas las demás bendiciones prometidas al creyente.
Ciertamente las experiencias con el Espíritu suceden y deberían suceder. Hay veces en las que Él «cae sobre» los creyentes tanto individualmente como en grupos; «viene con sanidad»; visita a su pueblo dirigiendo períodos de avivamiento durante los cuales se hace más por el reino de Dios en unas pocas semanas o meses que en las décadas anteriores.
Todos deberíamos anhelar esas visitaciones del Espíritu de Dios. Yo lo hago. Vivimos en una hora peligrosa, pero también en un momento de oportunidades sin precedentes para cumplir el mandato redentor de llevar el evangelio a todos los sectores de la humanidad (Mateo 28.18–20); y tal vez no completaremos esa tarea sin una visitación divina de este tipo a escala mundial. En algunos lugares e iglesias ya ha empezado.
Las experiencias auténticas con el Espíritu Santo se están multiplicando, especialmente en Latinoamérica. En mi ministerio con dirigentes cristianos en el extranjero, y aquí en Perú, estoy agradecido al Señor por los muchos dones y experiencias del Espíritu que Dios está dando a cristianos sencillos que leen acerca de ellos en su Palabra, reclaman por la fe sus promesas y se ponen en marcha obedeciendo sus órdenes.
Una de mis mayores preocupaciones es, sin embargo, el énfasis exagerado que se pone en esas experiencias o formas con el Espíritu, las cuales llevan de una euforia espiritual a otra. Los creyentes se reúnen buscándolas y a menudo dan rienda suelta a sus emociones inflamadas por líderes de púlpito que explotan los deseos que tiene la gente de experiencias especiales con Dios porque apelan a sus necesidades emocionales.
Como por ejemplo dicen; “Hermanos y hermanas, Dios nos va a visitar hoy de una manera excepcional». (¡Si así ocurre en cada reunión ya no es excepcional!) «¡Levantemos nuestras manos y voz al Señor! Oremos todos para que el Espíritu venga sobre nosotros y el caer al suelo bajo su poder sea algo que se contagie en nuestro medio». Cuando estas experiencias se manipulan es carne.
Ni desde una perspectiva bíblica, ni históricamente, ni tampoco desde el punto de vista de la experiencia cristiana contemporánea, tengo ningún problema con una verdadera visitación del Espíritu Santo, que subyugue a su pueblo hasta el punto de hacerle entrar en un estado casi de éxtasis durante un tiempo. Después de todo fue eso lo que le sucedió a Pedro en la azotea de Jope (Hechos 9.9s; 11.5), y lo mismo ha ocurrido en la mayoría de las grandes visitaciones del Espíritu a lo largo de la historia de la iglesia. A mí me ha sucedido. Pero ojo, no se debe esperar a que, se realicen estas actividades, y solo enfocarme en ellas, porque la meta es andar en el Espíritu Santo. Y no solo buscar una experiencia en particular. El andar en el Espíritu es «vivir» o «conducirse», «caminar» o el «Espíritu Santo conduciendo la propia vida»
INSISTO LA META ES ANDAR EN EL ESPIRITU:
Al escribir acerca de la exhortación a «andar en el Espíritu», Longenecker dice:
Detrás del creyente individual Pablo ve dos fuerzas éticas que buscan controlar su pensamiento y actividad. La primera es la fuerza personal del Espíritu de Dios; la segunda, la «carne» personificada. ¿Qué debe hacer el cristiano ante tan ético dilema? Como proclama el apóstol, la promesa del evangelio es que la vida en el Espíritu anula aquella controlada por la carne. En realidad, esa promesa se declara enfáticamente mediante el uso de la doble negación ou me «no nunca» con el subjuntivo aoristo telesate”.
Así que, Gálatas 5.16 puede traducirse en parte como:
«ANDAD EN EL ESPÍRITU, Y DE NINGÚN MODO HARÉIS LOS DESEOS DE LA CARNE».
En el versículo siguiente (v. 17), Pablo trata por lo menos cinco temas relacionados con el mandamiento y la promesa del 16:
  1. La razón fundamental del dualismo carne y Espíritu: Es librar un conflicto entre sí dentro de la vida del creyente.
  2. Esta guerra entre la carne y el Espíritu no cesa. No hay paz ni compromiso posible entre los dos.
  3. La carne está personificada al igual que el Espíritu Santo es un solo ente. Se presenta a aquella con vida propia, incluso con mente, emociones y voluntad. Y como tal se compromete en una feroz batalla para intentar vencer al Espíritu Santo.
  4. La meta de cada uno de estos agentes es controlar la vida del creyente. El Espíritu pelea contra la carne para anular el control de su poder maligno en la vida cristiana. La carne, a su vez, lucha contra el Espíritu para anular su control sobre ella.
  5. El campo de batalla se encuentra dentro del creyente, en su Mente/Corazón, la parte más íntima de su ser.
Para terminar este sub punto; Este versículo resume el principal problema de la humanidad desde la perspectiva paulina. Longenecker se refiere al versículo 17 por considerarlo una declaración resumida de la «antropología soteriológica fundamental [del apóstol] que subyace no sólo a lo que decía en el versículo 16, sino también a toda su comprensión de la humanidad delante de Dios desde que «el pecado entró en el mundo“» (cf. Romanos 5.12). La fluida traducción que hace Barclay del versículo 17 es excelente:
“PORQUE LOS DESEOS MÁS BAJOS DE LA NATURALEZA HUMANA SON EXACTAMENTE AL REVÉS DE LOS DEL ESPÍRITU, Y LOS DESEOS DEL ESPÍRITU IGUALMENTE CONTRARIOS A AQUELLOS DE LA PARTE MÁS BAJA DE LA NATURALEZA HUMANA, YA QUE SE OPONEN RADICALMENTE ENTRE SÍ PARA QUE NO PODÁIS HACER LO QUE QUERÉIS”.
En conclusión; algunos pueden objetar con relación al uso del término dualismo según el apóstol lo describe aquí. Sin embargo dicho término es apropiado si comprendemos que se trata de un tipo modificado: Ni fue así en la creación del hombre ni seguirá siéndolo después de su glorificación. Además nos referimos a un dualismo ético, no cosmológico o antropológico.
Antes de describir los frutos producidos por la carne (vv. 19–21) y aquellos del Espíritu (vv. 22–23), en el versículo 18, Pablo resume lo que ha estado enseñando; y lo hace en el contexto de los esfuerzos subversivos de los judaizantes por apartar a los creyentes de la vida en el Espíritu y esclavizarlos al legalismo. Los gálatas habían comenzado a vivir la vida cristiana por la fe mediante el Espíritu (3.1–5) y habían estado «corriendo bien» (5.7). No obstante, después se habían desviado para vivir según una serie de normas legalistas. Lo único que tenían que hacer era volver a la vida guiada por el Espíritu y éste quitaría de sobre ellos el yugo de la ley que los judaizantes habían colocado en sus cuellos (v. 18).
Matthew Henry pone en boca del apóstol Pablo:
“Si, en la inclinación y el tenor predominante de vuestras vidas, sois guiados por el Espíritu; si actuáis bajo la dirección y el gobierno del Espíritu Santo y de esa naturaleza y disposición espiritual que ha forjado en vosotros; si convertís la Palabra de Dios en vuestra regla y la gracia divina en vuestro principio; se verá desde ahora que no estáis bajo la ley, ni bajo la condenación, aunque todavía os encontréis bajo su impresionante poder”.
Quisiera concluir este tópico repitiendo las palabras del apóstol en Gálatas 5.13, 16, 18:
“Porque vosotros, hermanos, a libertad fuisteis llamados; solamente que no uséis la libertad como ocasión para la carne, sino servíos por amor los unos a los otros[ … ] Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfaréis los deseos de la carne[ … ] Pero si sois guiados por el Espíritu, no estáis bajo la ley”.
VICIOS/PECADOS Y VIRTUDES
La Biblia menciona muchas acciones y actitudes específicas que pueden ser de libertad y correctas, o por el contario, ataduras e incorrectas. Pero las virtudes de Carácter y Libertad se nos han dado, para apaliar los vicios o pecados y ataduras, veamos la lista siguiente, en comparación con nuestras virtudes de carácter que se da.
VISIOS: Pasando por alto a Dios y a los semejantes: “la carne es la tendencia, que hay en cada persona, a actuar independientemente de Dios y centrar su interés en sí misma”. Produciendo:
Inmoralidad sexual (Gálatas 5.19)
Lascivia (Gálatas 5.19)
Impureza (Colosenses 3.5)
Enemistad (Gálatas 5.20)
Pleito (Gálatas 5.20)
Celo (Gálatas 5.20)
Ira (Gálatas 5.20)
Contienda (Gálatas 5.20)
Disensión (Gálatas 5.20)
Herejía (Gálatas 5.20)
Soberbia (2 Corintios 12.20)
Envidia (Gálatas 5.21)
Homicidio (Gálatas 5.21; Apocalipsis 22.12–16)
Idolatría (Gálatas 5.20; Efesios 5.5)
Hechicería (Gálatas 5.20)
Borrachera (Gálatas 5.21)
Orgías (Gálatas 5.21)
Agravio (1 Corintios 6.8)
Adulterio (1 Corintios 6.9, 10)
Homosexualidad (1 Corintios 6.9, 10)
Avaricia (1 Corintios 6.9, 10; Efesios 5.5)
Robo (1 Corintios 6.9, 10)
Mentira (Apocalipsis 22.12–16)
NUESTRAS VIRTUDES DE CARÁCTER: EL VIVIR PARA DIOS
Amor (Gálatas 5.22)
Gozo (Gálatas 5.22)
Paz (Gálatas 5.22)
Paciencia (Gálatas 5.22)
Benignidad (Gálatas 5.22)
Bondad (Gálatas 5.22)
Fe (Gálatas 5.22)
Mansedumbre (Gálatas 5.23)
Templanza (Gálatas 5.23)
Como hemos visto el apóstol pablo menciona dos aspectos diferentes en cuanto a las obras del ser humano: de la carne (Pasiones pecaminosas del alma humana)  y el fruto del Espíritu; y estos son: Amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza,(Gal.5:22,23). La persona que viene a Cristo su espíritu es todo cambiado, y va purificando su alma y su cuerpo por la gracia del Espíritu Santo.
BUENOS FRUTOS SIGNIFICA:
“Producción selecta, árboles de buena fructificación”. Después de la conversión la vida del creyente debe estar regida por el Espíritu Santo, de tal manera, que el fruto del Espíritu, es distinto, de la vida pasada como pecador irredimido. Es decir, la conversión (Rom.12:1-2) opera una especie de muerte hacia las cosas de este mundo, al grado, de que las personas desprecian o toman como basura, todo lo que en el ay, para poder alcanzar más de lo de Dios. Es de esta manera como se logra ser dirigido por el Espíritu Santo y como se manifiesta el fruto del Espíritu en nuestras vidas. Las escrituras siguientes nos dan luz sobre lo dicho:
En Luc.6:43-45 dice”43No es buen árbol el que da malos frutos, ni árbol malo el que da buen fruto. 44Porque cada árbol se conoce por su fruto; pues no se cosechan higos de los espinos, ni de las zarzas se vendimian uvas. 45El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón saca lo bueno; y el hombre malo, del mal tesoro de su corazón saca lo malo; porque de la abundancia del corazón habla la boca”.
En Sal.1:1-3 nos rebela, “Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos, Ni estuvo en camino de pecadores, Ni en silla de escarnecedores se ha sentado; 2Sino que en la ley de Jehová está su delicia, Y en su ley medita de día y de noche. 3Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas, Que da su fruto en su tiempo, Y su hoja no cae; Y todo lo que hace, prosperará”.
Además en otra versión en Isa.32:17 nos dice; “El producto de la justicia será la paz; tranquilidad y seguridad perpetuas serán su fruto”
Y Mat. 12:33 “Si tienen un buen árbol, su fruto es bueno; si tiene un mal árbol, su fruto es malo. Al árbol se le reconoce por su fruto”.
Entonces, cada uno de los aspectos de Gál 5:22-23, tiene su propia dinámica relacional; en otras palabras, el fruto describe cómo podemos cambiar para «no mirar cada uno por lo suyo propio, sino cada cual también por lo de los otros» (Flp 2.4). Como dije anteriormente, su cultivo en nuestras vidas contrarresta «las obras de la carne, inmundicia, lascivia, enemistades, celos, contiendas» (Gl 5.19, 20).
El fruto, entonces, representa la obra santificadora del Espíritu en nuestras vidas. Forma parte de nuestro continuo andar con El; no se trata de un don o una manifestación especial. El término mismo, «fruto», lo indica; el fruto es algo que crece como resultado de la vida. «Y esto pido en oración, que vuestro amor abunde aún más y más en ciencia y en todo conocimiento [… siendo] llenos de frutos de justicia que son por medio de Jesucristo» (Flp 1.9, 11). Por cierto que las manifestaciones del Espíritu son poderosas; pero también lo es el fruto porque da testimonio de una vida transformada.
Ojo, estar uno lleno con el Espíritu afecta tanto al carácter como también a la actividad de los dones carismáticos. Los frutos del Espíritu Santo han de crecer en todos los aspectos de nuestra vida, en la misma medida que sus dones se manifiesten a través de nosotros. RECUERDE, EL CARÁCTER QUE TIENE QUE VER CON EL SER, REGULAN LOS DONES QUE TIENEN QUE VER CON EL HACER.
Lea y estudie el siguiente estudio: LOS FRUTOS DEL ESPIRITU SANTO
ORE LO SIGUIENTE:
Padre Santo, reconozco mi necesidad de los frutos del Espíritu Santo, para crecer en todos los aspectos de mi vida, Señor, en la misma medida que tus dones se manifiestan a través de mí. necesito, EL CARÁCTER QUE TIENE QUE VER CON MI SER, Y QUE REGULEN LOS DONES, QUE TIENEN QUE VER CON MI HACER, creyendo que tú lo harás, te doy gracias en el Nombre de mi Señor Jesucristo Amen.