FE Y PARA FE CREER

FE Y PARA FE
CREER




OBSERVEMOS EL GRÁFICO DEL PROCESO DE LA FE


Se enseña mucho que “Una persona debe creer que puede lograr el éxito”. Por consiguiente el principio de fe es una constante para el triunfo de la persona y sus objetivos. Pero la verdadera pregunta que se requiere hacerse para clarificar es: ¿Fe en qué o en quién?. Solo cuando identificamos el objetivo de nuestra fe, es cuando conocemos con certeza el fundamento de nuestro éxito, por ejemplo:
¿Fe en quién?:
Si pongo fe en mí mismo y en mis capacidades, fortalezas, sean intelectuales físicas o sueños, “entonces mi cimiento y referencia será tan firme como YO lo sea”.  En el proceso de caminar en la vida los problemas y crisis son normales, existe un principio que es constante y universal: “el mundo siempre está en un cambio continuo”. Por consiguiente; si emerge un problema o una crisis, y es mayor que mi cimiento o referencia, mental y emocional, el resultado es que colapsare. Porque no soy ni Omnipotente, ni Omnisciente, no tengo el conocimiento pleno de todas las cosas. Por otra parte
¿Fe en las cosas?
Si pongo fe, y mido mi éxito en términos de: Dinero, recompensas y manifestaciones externas de riqueza prominencia y posición, “entonces mi base y referencia será tan firme como las COSAS lo sean”. Me pregunto: ¿Qué principios trascendentes pueden darme las capacidades de equilibrar todas las cosas, si tengo fe en las cosas? Las cosas son relativas cambian, se desgastan y degeneran con el tiempo.
Si pongo mi fe en Dios, entonces mi base y referencia será tan firme como lo es ÉL: Me pregunto; ¿Qué características tiene Dios, para que sea mi base y referencia absoluta? él es:
  • Infinito: Sin límites, está más allá del espacio, es trascendente (Fuera) e inmanente (Dentro) en su creación.
  • Eterno: Sin principio ni fin, fuera del tiempo.
  • Omnipresente: Completa y simultáneamente presente en todo lugar.
  • Omnipotente: Todo poder.
  • Omnisciente: Todo lo sabe, e inmutable. “Él es la primera causa de todo lo que existe”.
En términos de la fuente de nuestros pensamientos, nuestra autoconcepción requiere establecerse y alinearse a los principios de Creación. Porque Él nos ha hecho a su imagen y semejanza. Por ello la fuente de nuestro pensamiento es Él, y el auto-concepto que tenga sobre mí mismo está determinado por esa Fuente. Ahora nuestras actitudes y conductas son mayormente, el resultado de nuestro concepto propio, es decir la imagen que tenemos de nosotros mismos.
La pregunta ¿Cuál es su idea sobre quién es y qué es usted? Se responde con “Soy Imagen y Semejanza de Dios en Cristo Jesús. Mi auto-concepto es la imagen y semejanza de acuerdo con quien Él ES”.
Esa es la imagen que se pretende tengamos de nosotros mismos. Toda familia pasa ciertos genes y rasgos de una generación a otra. De la misma manera, nuestro Padre Dios pasó Su naturaleza a nosotros y esa “semejanza en la familia” lleva la importancia de ser un recordatorio de dónde venimos, a quién pertenecemos y qué estamos destinados a ser.
Una imagen propia o concepto pobre, siempre resultará en poco valor de la humanidad, y esto, dará origen al abuso, la corrupción, la opresión y la necesidad de dominar y controlar a los demás. Por ello el entender que la primera cosa colocada en la creación del ser humano fue la imagen de Dios y no el poder.
Si una persona tiene poder, pero no posee un perfecto concepto e imagen propia, entonces él o ella, va a relacionar a los demás desde esa perspectiva equivocada; esta inseguridad decantará en: temor, suspicacia, desconfianza y odio contra ellos mismos y los demás. “De la manera en que nosotros nos vemos, es la misma manera en que veremos a todos los demás que se relacionan con nosotros”. Si nos amamos en el sentido real, siempre usaremos el poder para ayudar a otras personas, en vez de maltratarlas. Estos son los términos de creación en referencia a nuestro Auto-Valor. Entonces, con todo lo dicho, profundicémonos en la Fe
DE FE Y PARA FE: Leer Hebreos 11
Dios nos ha diseñado con cuatro dotes, que son el espíritu, el pensamiento, la emoción, y el cuerpo, estos integrados y balanceados, en una dependencia de la naturaleza de Dios, unido al gran propósito individual, nos da como resultado la felicidad y el éxito de nosotros mismos. Pero la única manera de poder descubrir y poder apropiarnos de este extraordinario plan, diseño, y persona, como el poder para utilizarlos en el día a día de nuestra vida, nos es necesaria la FE Rom.1:16-17 dice:
16Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree; al judío primeramente, y también al griego. 17Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito: “Mas el justo por la fe vivirá”.
Si observamos el grafico como los textos, hay una sola manera de vivir: por Fe (Ro 1.17). Pablo lo expresa aquí de manera dramática, a pesar de lo breve de su declaración. No obstante, para comprenderlo claramente resulta útil conocer los antecedentes. La expresión «la justicia de Dios» se refiere a la justificación que Dios provee. Puesto que es Dios quien la otorga, esta justificación es consecuente con el carácter y las normas de Dios. Lo que Dios nos ofrece es la debida relación con El. Esta debida relación es la que se nos revela, se nos manifiesta «por fe (Vertical) y para fe (Horizontal)» (1.17). En otras palabras, comienza con la Fe/Ser y continúa con la Fe/Hacer. Pablo subraya este concepto citando Habacuc 2.4: «Mas el justo por la fe vivirá». Este pasaje del Antiguo Testamento expresa literalmente lo siguiente:
“¡La persona justa vivirá en [o por] su fidelidad [firmeza, integridad, convicción, fe, perseverancia]!» Vivirá es una expresión que virtualmente equivale a será salva”.
Una correcta relación con Dios, comienza con nuestra disposición a mostrar fe plena en Cristo, y se mantiene mediante el ejercicio de una fe que deposita su confianza en Él. Sí, Dios es quien nos salva y quien nos capacita. Sin embargo, de la misma forma que debemos recibir la salvación por fe, debemos crecer y perseverar en esa salvación por medio de la fe. Pregunto: ¿Por qué debe ser aceptada por fe la gracia, la justificación y otros, que proviene de Dios? ¿Podemos ganarla u obtenerla de alguna otra manera?
Mi respuesta es que No hay ninguna otra posibilidad, por ello Pablo responde, y pasa a explicarnos por qué, en la segunda mitad de Romanos cap.1, puede leerlo. Cualquiera que sea la forma que utilice, a medida que lea la carta de Romanos de principio a fin, preste especial atención a las palabras y frases que se repiten. Algunas de esas son: justificación, justicia, justificado, Fe, Ley, Evangelio, Pecado y Gracia.
Entiendo que la reiteración, es una de las formas en que los escritores destacan sus temas centrales.
EL PADRE DE LA FE:
La Biblia llama a Abraham «el padre de la fe» (Romanos 4.11) y padre de los creyentes. Es a quien Dios prometió: «Y serás padre de muchedumbre de gentes» (Génesis 17.4); cuando Pablo escribe a los Gálatas, señala que todo el que cree en Jesucristo se ha convertido en descendencia de Abraham (Gálatas 3.29). Como personas de fe, usted y yo nos hemos convertido en miembros de la casa de Abraham (Romanos 4.13), así que las promesas que se hicieron para la descendencia de Abraham se pueden aplicar a nuestras vidas de fe (Romanos 4.16; Gálatas 3.16).
Existen dos secciones de la Escritura que debemos estudiar cuando examinamos el poder de la vida de fe de Abraham: Primero, la narración histórica de su vida comenzó con la conclusión de la genealogía en Génesis 11.27–32. Hasta que Dios le dio el nombre Abraham, se le conocía por Abram (Génesis 17.5); el relato bíblico de la vida de Abraham concluye más adelante, en Génesis 25.11.
La segunda sección de las Escrituras que tratan con la vida de Abraham, aunque en perspectiva histórica, establece una proposición teológica. Esa sección se encuentra en Romanos 4. En los evangelios, Abraham aparece a menudo como el padre de la fe, y Pablo utiliza el ejemplo de su vida para enseñar eficazmente a los gálatas. Sin embargo, la sección que mejor define el papel de Abraham en los asuntos de fe, se ubica en la carta de Pablo a los romanos. Pues bien, con esta breve historia, preguntémonos:
¿POR MEDIO DE QUIEN OBRA? y ¿QUÉ ES LA FE?.
Gálatas nos responde con exactitud:
“Porque en Cristo Jesús ni la circuncisión vale algo, ni la incircunciso, sino la fe que obra por el amor” Gal.5:6
Por consiguiente, la fe obra por el amor, la siguiente formula, nos ayudara a entender:
Fe obrando por Amor, para el Ser,
Fe obrando por Amor en el Hacer
Entonces definamos que es la fe:
Verdad Central: “La fe es apoderarse de las irrealidades de la esperanza y traerlas al reino de la realidad”.
Texto Central: Hebreos 11:1
“Es, pues la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve”. “Ahora bien, la fe es la garantía de lo que se espera, la certeza de lo que no se ve. Gracias a ella fueron aprobados los antiguos”.
Otras traducciones:
  • “Ahora, la fe significa que estamos seguros de lo que esperamos, convencidos de lo que no vemos”.
  • “La fe es dar sustancia a las cosas que se esperan”
  • “La fe es el hecho de garantía de que las cosas que hemos esperado son finalmente nuestras”.
Significados en Griego:
La palabra “Fe” viene del griego “PISTIS” (Strong # 4102), que significa: Persuasión: Creencia, Convicción Moral de una verdad religiosa o confianza en Dios, A carrea la connotación de confianza, creencia, dependencia, fe, integridad. Por consiguiente en el NT, Fe es el principio divinamente implantado de confianza interior, seguridad y dependencia en Dios en todo lo que él dice.
La palabra “Certeza” es traducción del griego “HIPOSTASI”, que significa “Sustancia”: Lo que está debajo de la realidad de algo. La esperanza no tiene certeza (Sustancia), ésta mira hacia el futuro, no tiene tangibilidad en el ahora, la certeza significa materialidad, que la esperanza no tiene. “Espero estar sano algún día”, esa expresión no tiene tangibilidad, mira hacia el futuro.
La palabra “Convicción”, Es traducción del griego “ELENCHOS”, que significa: Demostración, evidencia. Es lo que sostiene la existencia de algo, o lo que sostiene el hecho de que algo exista. Si tengo la convicción (Evidencia) sustancial que muestra que eso existe. La convicción (Evidencia) es la prueba de la existencia de algo que no ves.
La fe es. La convicción de lo que no se ve. La fe solo tiene que ver con lo que no ves.
La convicción (Evidencia) es lo que sostiene algo, o lo que sostiene el hecho de que algo exista. Si tengo la convicción (evidencia) de algo, quiere decir que no lo tengo todavía materializado, pero tengo la convicción (Evidencia) que muestra que eso existe.
Por Ejemplo: Si levantamos los ojos al cielo, tal vez solo podremos ver una capa de nubes oscuras, pero eso no significa que detrás de esas nubes no está un sol resplandeciente. Cuando uno sobrepasa el techo de nubes en un vuelo aéreo, el sol esta resplandeciente en un cielo azul. En 2Corintios.4:18 dice: “No mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas”.
Fundamentemos nuestra FE:
En Efesios 2:8,9 dice: “Pero por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe”.
En Romanos 10: 9, 10, 13 dice: “Que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación. Porque todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo”.
En Romanos 1:17 dice: “Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por FE y para FE como está escrito: Más el Justo por la FE vivirá”.Gal.3:11; He.10:38, 2Cor.5:7.