LA VIDA DESDE LA PERSPECTIVA DEL SER HUMANO
Una de las formas de entenderte a ti, y a los demás es preguntando: ¿Cómo defino mi vida? Y ¿Cómo defines tu vida?; Con esa pregunta nos estamos forzando a dibujar un cuadro mental de nuestra vida, y la de otros ¿Qué imágenes les vendría a la mente? Esa imagen es una metáfora de su vida. Es la manera de ver la vida que están teniendo consciente o inconscientemente. Es su propia descripción de cómo funciona la vida y qué espera de ella. Nos daremos cuenta de que hay tantas respuestas diferentes, como tantas sean las personas a las que les preguntemos, pero citemos algunas metáforas de la vida de algunos:
- La vida es como un Circo de animales peligrosos, payasos y acrobacias.
- La vida es como un campo de minas; Si no sabes dónde pisas te mueres.
- Una montaña rusa; subes y bajas interminablemente y terminas vomitando y con dolor de cabeza.
- La vida es como un rompecabezas; está dividida tanto que duele la cabeza.
- La vida es como una sinfonía.
- La vida es como un viaje y un baile.
- La vida es como un carrusel; unas veces estás arriba y otras abajo y a veces das vueltas y vueltas.
- La vida es como un juego de cartas y tienes que jugar la mano que te den.
La gente expresa a menudo la perspectiva de sus vidas en la forma de vestir, las joyas, los automóviles, los peinados, etc. La gente no se da cuenta que la metáfora que tiene de su vida determina la identidad, sus expectativas, sus valores, sus relaciones, sus metas, y sus prioridades. Por ejemplo:
- Si crees que la vida es una parranda, entonces tu valor primordial en la vida será pasarla bien.
- Si ves la vida como una carrera, le darás valor a la velocidad, y es posible que siempre andes deprisa.
- Si ves la vida como un maratón, la perseverancia será valiosa para ti.
- Si la vida para ti es un deporte o una batalla, ganar será muy importante.
Usando otro medio, observemos una reunión de amigas, en su dialogó qué comunican. Y así saber qué clase de vida, tienen: BENDICIONES Y MALDICIONES:
“En esta reunión una de ella se quejaba, de que su marido siempre estaba en casa; cuando él salía del trabajo, de inmediato se trasladaba a su hogar. Sábados y domingos se hallaba ahí de tiempo completo. Su malestar consistía en nunca poder estar sola; esta situación se le había convertido en un auténtico fastidio. En cambio, otra de las asistentes a la reunión, se lamentaba de que su pareja viajaba demasiado y era muy poco el tiempo que compartían. Una más, se sentía fastidiada porque su madre siempre estaba atenta de ella, la llamaba todos los días y constantemente preguntaba por su salud. Una señora, de mediana edad, se dedicó a quejarse toda la tarde de su trabajo, se le hacía rutinario y, por la cantidad de problemas que tenía a diario que resolver, muy pesado. Así, el grupo de mujeres que se había reunido para compartir una taza de café, más bien parecía una competencia de quién sufría más. Por supuesto, en su opinión, cada una de ellas se merecía el galardón del primer lugar, pues nadie de las presentes la podía superar.
Pero una de ella se autoevaluó y reflexionó: Y dijo, Yo cambié de óptica y traté de analizar lo positivo que contenía la situación de cada mujer. De la que se quejaba de la presencia del marido, su bendición era tener alguien que siempre la acompañaba; de aquella que se lamentaba de la ausencia de su pareja, su bendición era tener tiempo para dedicarse a otras cosas; quién no soportaba su trabajo, su bendición era tenerlo; y qué decir de la bendición de tener una madre que cariñosamente se ocupa de su hija. Concluí que toda bendición no aceptada se convierte en maldición.
PODEMOS EXTRAER DE LO ANTERIOR LO SIGUIENTE:
Es usual tropezarse con personas que han hecho de sus vidas un calvario, pues han perdido la dimensión positiva de sus circunstancias, convirtiéndose en inconformes negativos. Creo que les produce una gran satisfacción recibir compasión de los demás, de hecho, es un juego psicológico para manipular el reconocimiento; obedece a una necesidad inconsciente de recibir caricias. Por supuesto, es un juego mortal, pues perdemos la vida, porque en lugar de crecer en la intimidad y construir una valiosa relación, nos dedicamos a desperdiciar el recurso más valioso, no renovable e irrecuperable, que es el tiempo y la relación.
Pondré otros dos ejemplos más:
Ejemplo 2: SEÑOR MANUEL
“Una vez hablé con el señor Manuel que acababa de construir una lujosa casa para su familia. Estaba comenzando a hacer una buena fortuna pero todavía no se había recuperado de algunas deudas grandes. Yo pensaba que habría sido más sensato de su parte construir una casa menos costosa y pagar algunos préstamos atrasados. Pero este tipo de comportamiento era uno de muchos actos irresponsables. Al buscar alguna explicación, le pregunté, por qué había construido una casa tan grande y lujosa; y me respondió que le gustaba recibir invitados en cantidad y escuchar los elogios que hacían de su casa; eso lo hacía sentir bien interiormente. Por consiguiente aquí saltan estas preguntas: ¿Por qué se sentía bien?, ¿Qué necesidad trataba de satisfacer el señor Manuel con una casa grande y lujosa?, ¿En verdad satisfacía esta necesidad, para ya no volver a hacer la misma acción?, ¿Qué necesidad lo motiva?, ¿Qué ideas tiene el señor Manuel sobre qué es lo que satisfará esa necesidad? ¿La meta que su pensamiento ha determinado con ansiada, le traerá el éxito o el fracaso?
Ejemplo 3: SEÑORA RUT
“La señora Rut había perdido interés en su esposo y se sentía muy atraída hacia otro hombre. Era religiosa, y se sentía hondamente culpable por sus sentimientos; se le pregunto qué diferencia había entre los dos hombres. La señora no podía recordar realmente una lista de diferencias significativas entre ambos, salvo una: Sabía que estaba comprometida con su esposo, pero su relación con el amante no implicaba ningún compromiso. Preguntas: ¿Qué necesidad se veía amenazada por el compromiso?.
En base a estos ejemplos; he observado que muy dentro de estas personas, vibraba una demanda persistente. Era tal que ni siquiera ellos mismos acertaban a describirla, pero que los estaba llevando, lamentablemente al desastre.
También podemos señalar al mundo espiritual: a los demonios de la duda, la incredulidad, la dureza de corazón, el derrotismo, la ira, la autocompasión, la depresión, el rechazo y la vergüenza, que han mentido siempre a nuestro pensamiento, es decir toda emoción o trauma, con lleva detrás un pensamiento de mentira. Nos han dicho que somos unos frustrados, demasiado pecadores, incrédulos; que estamos muy heridos, desilusionados y que otros nos rechazan, incluso el mismo Dios, a causa de nuestros antiguos fracasos; que somos extremadamente tercos, rebeldes y duros de corazón.
Como sucede siempre, esos pensamientos provienen de personas heridas con traumas o algunas endemoniadas que son mentirosos. En esta perspectiva de la vida humana, nos han estado mintiendo acerca de nuestra identidad en Cristo. Todas las promesas de Jesús se refieren a cada uno de nosotros. Fueron hechas a nosotros o para nosotros (Juan 6.33–58), a fin de ayudarnos a vivir abundantemente.
Lo contradictorio de lo anterior, es que, siempre estamos declarando algo, consciente o inconscientemente, nos hemos estado declarando lo que nosotros no queremos, en nuestra vida, en vez de negarnos a participar en conversaciones que incluyen sospechas, dudas, temor, preocupación o chismes, nos hemos expuesto. Esta exposición, ha formado un monologo interno, es decir, el monólogo interior, es la voz interior habitual, que se hace patente a los demás cuando cada uno habla o reacciona, y este monologo se ha formado por nosotros mismo, inconscientemente. En Mateo 12:37 dice: “Por tus palabras serás justificado, y por tus palabras serás condenado”. Somos responsables de la intención del pensamiento como de lo que decimos. Recuerde declarar es fomentar o reforzar lo que usted quiere en su vida. Es poner en sintonía su habla con su confianza en las Promesas de Dios.
El vivir continuamente con un monologo dual nos frustra, crea ansiedad, desconfianza en nosotros mismos, es decir, pensamos en nuestro potencial, al pensar una cosa primero y otra después, por ejemplo:
- Pensamos en la gracia de Dios y después nos sentimos culpables por nuestras faltas.
- Pensamos en el poder tremendo de Dios, y después hablamos de cómo no nos podemos librar de este pequeño insecto mental demoniaco.
- Pensamos en la abundancia y luego, segundos más tarde, nos preocupamos por las facturas.
Esta dualidad interna de esta perspectiva humana, no es saludable, para nuestra mente, este bombardeo de contradicciones mentales nos encierra en cualquier comportamiento que ya se ha convertido en un hábito. Aunque por fuera nos esforcemos todo lo que podamos, pronto volvemos al comportamiento motivado desde el interior. No tiene que ser de esa manera. En la aplicación de la Palabra de Dios y nuestra intimidad con el Espíritu Santo de Dios, encontramos la solución. Si escucháramos ese monólogo interno a veces imperceptible pero poderoso de sus consecuencias, oiríamos lo siguiente:
- Necesito respetarme a mí mismo como una persona valiosa.
- A veces ni siquiera me siento persona.
- Necesito sentirme alguien.
- Debo quererme, aceptarme.
- Pero, para quererme y aceptarme realmente, debo ser alguien.
- No me puedo aceptar si no valgo nada para nadie.
- Debo poder considerarme importante.
- Debo ser necesario en alguna parte, necesito verme como alguien que puede hacer algo que tenga sentido para alguien. Pero eso no es suficiente.
- Si quiero sentirme realmente como alguien valioso, alguien debe quererme en una forma incondicional, aceptarme tal como soy, sin exigir nada, ni presionarme.
- Si me quisieran por actuar bien, estaría presionado a seguir siempre actuando bien. Y sé que tal vez no pueda.
- Entonces podría perder el amor. Necesito ser amado con una aceptación que no pueda perder haga lo que haga.
LA VIDA DESDE LA PERPECTIVA DE DIOS
Con todo lo dicho, salta esta pregunta: ¿QUÉ NECESITAMOS LOS SERES HUMANOS PARA FUNCIONAR CON EFICIENCIA Y EFECTIVIDAD? Para responder esta pregunta en el propósito del sondeo del corazón, es importante ver la vida desde la perspectiva de Dios, y no desde el mundo relativo humano:
UN ESCLAVO REAL
“Se cuenta la historia de un príncipe que nació en una gran familia real. Cuando el príncipe tenía cinco años, su padre el rey lo llevó de viaje hacia un país extranjero. Durante su viaje, el barco chocó con un arrecife y toda la tribulación y los pasajeros fueron lanzados a las olas embravecidas.
Durante el disturbio y esfuerzos de rescate, el pequeño príncipe fue rescatado por nativos de una isla cercana. El rey no se percató del rescate, y el pequeño príncipe ahora estaba separado de su famita real. Se convirtió en un miembro de la villa y creció sin darse cuenta de su ORIGEN real. Aprendió a pensar y vivir como los nativos y aceptó este estilo de vida como propia. En su pobreza y vida simple, no sabía que venía de una familia adinerada de alto nivel y que era descendiente del reino de su padre. En efecto, se hizo esclavo de la cultura, costumbres, y estándares de la comunidad en donde se encontraba. Era un príncipe viviendo en condiciones empobrecidas. Él no sabía quién era, de dónde era, por qué había nacido, de qué era capaz o su derecho legítimo para llegar a ser rey. Vivía su vida mucho más bajo de sus inherentes privilegios, pero en lo más profundo de él emergían preguntas fundamentales como: ¿Quién soy?, ¿De dónde soy?, ¿Por qué estoy aquí?, ¿Qué soy capaz de hacer?, ¿Para dónde voy?, ¿Qué dejare a la futura generación?; no sabiendo las respuestas de estas preguntas cruciales de su vida, entro en su búsqueda por el significado, y este se enfocó a la creación natural como el referente y contexto para su búsqueda, cada actividad que él hacía era el resultado de su intento por encontrar las respuestas a estas preguntas. Pero al avanzar y relacionarse más con la creación y descubrir lo diferente que era, mucho más vació y solo se encontraba.
Con lo dicho en el esclavo real, la palabra de Dios nos ofrece tres enfoques o metáforas que nos enseñan qué es la vida desde la perspectiva de Dios, redundando en respuestas a las preguntas fundamentales:
1. La vida en la tierra es una prueba.
2. La vida en la tierra es una mayordomía.
3. La vida en la tierra es una asignación temporal
1: LA VIDA EN LA TIERRA ES UNA PRUEBA:
Luc.8:13. Dice sobre la semilla sobre la piedra, que no tiene raíces, crecen por algún tiempo, pero cuando viene la prueba se apartan”. Lc 22:28 Pablo dice:
Habéis permanecido conmigo en mis pruebas” Rom.5:4
Se dice que la paciencia produce prueba” y la práctica la vemos en 2Cor.12:9-10. Satg.1:2,3
Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia. Mas tenga la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna”.
Hebreos. 2:1 “Por tanto, es necesario que con más diligencia atendamos a las cosas que hemos oído, no sea que nos deslicemos”.
Pregunto que ¿produce la diligencia?, respondería la prueba para no deslizarse. He.11:32-40.
¿Qué sucede cuando hemos pasado la prueba?, podemos responder a la tentación del diablo: 1Cor. 10:13:
“No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar”.
ESTA METÁFORA EMERGE A TRAVÉS DE LOS RELATOS BÍBLICOS. DIOS PRUEBA UNA Y OTRA VEZ EL CARÁCTER, LA FE, LA OBEDIENCIA, EL AMOR, LA INTEGRIDAD Y LA LEALTAD DE LAS PERSONAS.
LOS TÉRMINOS COMO TRIBULACIONES, TENTACIONES, REFINACIONES Y PURIFICACIONES SE REPITEN MÁS DE DOSCIENTAS VECES EN LA ESCRITURA.
Dios probó a Abraham cuando le pidió que le ofreciera a su hijo Isaac. También a Jacob cuando tuvo que trabajar más años de lo previsto para ganarse a Raquel como esposa. Ni Adán ni Eva pasaron la prueba en el jardín del Edén; también David falló en varias ocasiones. La Biblia nos da un sinnúmero de ejemplos de personas que pasaron la prueba, entre ellos, José, Rut, Ester, Daniel, Pablo etc. Recordemos esto, el carácter se desarrolla y manifiesta por medio de las pruebas, la vida en sí, toda, es una prueba. Siempre seremos probados. No conocemos todas las pruebas que Dios nos da, pero podemos anticipar algunas por lo que nos dice su Palabra. Seremos probados:
- Mediante cambios drásticos.
- Oraciones no contestadas.
- Críticas inmerecidas y aun tragedias sin sentido.
- Nuestra Fe es probada con los problemas. Por ejemplo ¿cómo actuamos cuando no podemos sentir la presencia de Dios en nuestra vida? A veces Dios GUARDA SILENCIO INTENCIONALMENTE y no sentimos su PRESENCIA como le sucedió al Rey Exequias: 2cron.32.31 “Mas en lo referente a los mensajeros de los príncipes. De Babilonia, que enviaron a él para saber del prodigio que había acontecido en el país, Dios lo dejó, para probarle, para hacer conocer todo lo que estaba en su corazón”.
- Nuestra Esperanza con respecto a las cosas materiales, en especial cómo usamos nuestras posesiones.
- Y cómo prueba el Amor, a través de nuestras relaciones con las personas.
Con lo dicho sobre las pruebas, podemos decir, que la manera en que vemos la vida, forma nuestra vida. La manera en que definimos nuestra vida: IDENTIDAD determinamos nuestro DESTINO. Nuestra manera de ver las cosas influirá en cómo empleamos nuestro tiempo, dinero, talentos, y así mismo de cómo valoramos nuestras relaciones. Tengamos cuidado de solo enfocarnos en la prueba, tras prueba, redundando en el desamor e inseguridad.
2. LA VIDA EN LA TIERRA ES UNA MAYORDOMÍA:
Esta es la segunda metáfora Bíblica de la vida. Nuestro tiempo en la tierra, nuestro ímpetu, inteligencia, oportunidad, relaciones y recursos son todos talentos y dones que Dios nos ha confiado, para cuidar y administrar.
Somos mayordomos de todo lo que él nos da. Entonces, este concepto de mayordomía comienza cuando reconocemos que Dios es el dueño de todos y de todo en la tierra.
La Palabra dice:
“De Jehová es la tierra y su plenitud; El mundo, y los que en él habitan”
Otra versión dice:
“Del Señor es la tierra y todo cuanto hay en ella, el mundo y cuantos lo habitan” Sal.24:1.
“Tuyos son los cielos, tuya también la tierra; El mundo y su plenitud, tú lo fundaste”. Sal.89:11.
“Porque del Señor es la tierra y su plenitud” 1Cor.10:26.
Leamos los Capítulos 38 al 41 del libro de Job, para ubicarnos en nuestra mayordomía al respecto del Creador.
De acuerdo a las escrituras leídas, a la verdad no POSEEMOS nada en nuestra breve estadía en la tierra. Dios nos presta la tierra mientras estamos aquí, recordemos lo siguiente, antes de nosotros nacer, era propiedad de Dios, y se la prestará a otro cuando muramos. Con esta idea en mente sale esta observación: “Solo la llegamos a disfrutar por un tiempo”. Por ello el decir: “Vivir el día de hoy, como si fuera el último aquí en la tierra” es válido. En el primer siglo de la iglesia, ellos al encontrarse se saludaban y se despedían diciendo MARANATA: “EL SEÑOR VIENE”. 1Cor.16:22. La expectativa y el deseo que expresa esta plegaria cristina primitiva puede verse reflejada en 1Cor.11:26 y en Apoc.22:20.
Por otra parte, cuando Dios creó a Adán y a Eva, les entregó el cuidado de su creación y los nombró administradores de su propiedad, la escritura Gén. 1:28 dice:
“Y les dio su bendición: ”Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra” Otra versión lo diría así: ”Tengan muchos, muchos hijos; llenen el mundo y gobiérnenlo; dominen a los peces y a las aves, y a todos los animales que se arrastran”
El primer trabajo que Dios les dio a los humanos fue administrar y cuidar las COSAS de él en la tierra. Entendamos que este papel de ADMINISTAR nunca ha sido abolido, es parte De nuestro propósito, todo aquello que disfrutemos en esta tierra requerimos tratarlo como un encargo que Dios ha puesto en nuestras manos. La Palabra en 1Cor.4:6-7 dice:
“Pero esto, hermanos, lo he presentado como ejemplo en mí y en Apolos por amor de vosotros, para que en nosotros aprendáis a no pensar más de lo que está escrito, no sea que por causa de uno, os envanezcáis unos a otros contra otros. Porque ¿quién te distingue? ¿o qué tienes que no hayas recibido? Y si lo recibiste, ¿por qué te glorías como si no lo hubieras recibido?.
En otra versión diría:
“¿Qué tienes que no hayas recibido? Y si lo recibiste, ¿Por qué presumes como si no te lo hubieran dado?.
Lea las siguientes escrituras: “1Cor.1:12, 19, 31. 3:4, 19, 20; Rom.12:3, 6.
Con lo entendido en los textos mencionados. No podemos vivir con lo que nos enseña la cultura mundana, es decir: “Si no es tuyo, no lo cuides”, o “Haz todo lo que quieras al fin de acabo es tu vida” o “Yo soy dueño de mi vida y con ella hago lo que me de la gana”. Nosotros los creyentes que vivimos en la vida y carácter de Jesucristo vivimos bajo la norma de: “Como Dios es el dueño, tengo que cuidarlo lo mejor que pueda”. En 1Cor.4:2 dice:
“Ahora bien, se requiere de los administradores, que cada uno sea hallado fiel” En otra versión diría: “A los que reciben un encargo se les exige que demuestren ser dignos de confianza”.
De este texto podemos extraer el siguiente enunciado: “CUANTO MÁS DIOS NOS DA, MÁS RESPONSABLE ESPERA QUE SEAMOS”.
Nuestro Señor Jesucristo, en muchas veces, se refirió a la vida como un encargo que se nos ha dado, y ha dado muchas historias para ilustrar esta responsabilidad hacia Dios. Por ejemplo el relato de los talentos Mateo.25:14-29 dice:
“14»El reino de los cielos es como un hombre que, yéndose lejos, llamó a sus siervos y les entregó sus bienes. 15ª uno dio cinco talentos, a otro dos y a otro uno, a cada uno conforme a su capacidad; y luego se fue lejos. 16El que recibió cinco talentos fue y negoció con ellos, y ganó otros cinco talentos. 17Asimismo el que recibió dos, ganó también otros dos. 18Pero el que recibió uno hizo un hoyo en la tierra y escondió el dinero de su señor.
19»Después de mucho tiempo regresó el señor de aquellos siervos y arregló cuentas con ellos. 20Se acercó el que había recibido cinco talentos y trajo otros cinco talentos, diciendo: “Señor, cinco talentos me entregaste; aquí tienes, he ganado otros cinco talentos sobre ellos”. 21Su señor le dijo: “Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré. Entra en el gozo de tu señor”. 22Se acercó también el que había recibido dos talentos y dijo: “Señor, dos talentos me entregaste; aquí tienes, he ganado otros dos talentos sobre ellos”. 23Su señor le dijo: “Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré. Entra en el gozo de tu señor”. 24Pero acercándose también el que había recibido un talento, dijo: “Señor, te conocía que eres hombre duro, que siegas donde no sembraste y recoges donde no esparciste; 25por lo cual tuve miedo, y fui y escondí tu talento en la tierra; aquí tienes lo que es tuyo”. 26Respondiendo su señor, le dijo: “Siervo malo y negligente, sabías que siego donde no esparcí. 27Por tanto, debías haber dado mi dinero a los banqueros y, al venir yo, hubiera recibido lo que es mío con los intereses. 28Quitadle, pues, el talento y dadlo al que tiene diez talentos, 29porque al que tiene, le será dado y tendrá más; y al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado. 30Y al siervo inútil echadlo en las tinieblas de afuera; allí será el lloro y el crujir de dientes”.
Al fin de nuestra vida en la tierra, seremos avaluados y recompensados de acuerdo con la manera en que usemos lo que Dios nos confió. Esto implica que, todo lo que hacemos, aun las tareas más simples, tienen repercusiones eternas. De acuerdo a la escritura leída, si todo lo tratamos como una mayordomía/encargo y responsabilidad, Dios nos promete tres recompensas desde ahora hasta la eternidad:
1. APROBACIÓN: Dios nos da, y así mismo nos dará su aprobación, y nos dirá: “Bien, buen siervo y fiel”: Es decir: ¡Buen trabajo, bien hecho, la hiciste, lo lograste, esplendido!
2. ASCENSO: Dios nos da y dará un ascenso y una responsabilidad mayor ahora y en la eternidad: “Sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré”, es decir: “Te pondré a cargo de muchas más cosas”, “Has sido responsable en lo poco que te di, ahora sé que serás responsable, en lo que te aumentaré”.
3. FESTEJO: Dios nos da y dará un festejo: “Entra al gozo de tu Señor”, es decir; somos y seremos honrados con un festejo, ven y comparte la felicidad de tu Señor.
En términos económicos, mucha gente no logra darse cuenta de que el dinero es ambas cosas que hemos tratado, una PRUEBA y una MAYORDOMÍA. Desde mi percepción, Dios usa las finanzas para enseñarnos a confiar en Él, y si somos honestos, el dinero es una de las pruebas más grande de todas. Dios observa cómo lo usamos para probar qué tan confiables somos, la Escritura dice en Luc.16:11-12:
“11Si en las riquezas injustas no fuisteis fieles, ¿quién os confiará lo verdadero? 12Y si en lo ajeno no fuisteis fieles, ¿quién os dará lo que es vuestro?”
Aquí Dios nos muestra que hay una relación directa entre el uso de mi dinero y la calidad de mi vida espiritual. La manera en que utilice mi dinero (riquezas mundanas)) determinará cuántas bendiciones espirituales me puede confiar Dios (las verdaderas riquezas). Concluyo esta parte diciendo: “Debemos de notar que la forma que gastamos el dinero está íntimamente ligado a la forma en que tomamos decisiones en la vida; a su vez, la forma en que tomamos decisiones en la vida está íntimamente ligada a nuestra escala de valores; y por último, esa escala de valores es fruto directo de nuestro carácter. Por lo tanto la forma en que administramos nuestro dinero es una demostración externa de una condición espiritual interna”.
Pongamos este enunciado en mente: “La vida es una PRUEBA más una MAYORDOMIA o ENCARGO, y cuanto más Dios nos da, más responsables espera que seamos”.
3. CARÁCTER TRANSITORIO O UNA ASIGNACIÓN TEMPORAL
Sal 4-6 dice:
«Hazme saber, Jehová, mi fin y cuánta sea la medida de mis días; sepa yo cuán frágil soy.5Diste a mis días término corto y mi edad es como nada delante de ti; ciertamente, es apenas un soplo todo ser humano que vive. Selah 6Ciertamente, como una sombra es el hombre; ciertamente, en vano se afana; amontona riquezas y no sabe quién las recogerá”.
Sal.119:19: “Forastero soy yo en la tierra; no encubras de mí tus mandamientos”.
La tercera metáfora de la vida, desde la perspectiva de Dios, es que es una asignación temporal o tiene un carácter transitorio. Dios en su Palabra nos da muchas metáforas que nos enseñan la naturaleza de lo breve, temporal y transitorio de la vida terrena. Estas metáforas son como: Un vapor, uno que corre rápido, un soplo de aliento y un rastro de humo. Job.8:8-9 dice:
“8»Pregunta tú ahora a las generaciones pasadas y disponte a interrogar a los padres de ellas; 9pues nosotros somos de ayer y nada sabemos, ya que nuestros días sobre la tierra son como una sombra”.
De acuerdo a lo leído, para hacer buen uso de nuestra vida, debemos de siempre recordar dos verdades:
- Nuestra vida natural comparada con la vida eterna, es extremadamente breve.
- La tierra, casa, distrito, provincia, departamento, país, es tan solo una residencia temporal. No estaremos aquí por mucho tiempo, por consiguiente requerimos NO pegarnos, agarrarnos, asirnos demasiado.
Nos es necesario aprender a ver la vida desde los ojos de Dios como el salmista se lo pidió: “Que le hiciera saber o recordar cuan breve es su tiempo sobre la tierra”.
Otra forma en que la Biblia compara constantemente la vida en la tierra es: Vivir en un país extranjero, es decir no es nuestro hogar permanente o nuestro destino final, estamos aquí de paso, visitando la tierra. Unido a esto, están los términos como: CIUDADANÍA, EXTRANJERO, PEREGRINO, ADVENEDIZO, EXTRAÑO, VISITANTE Y VIAJERO PARA DESCRIBIRNOS NUESTRA CORTA ESTADÍA EN LA TIERRA. Pedro 1:17 nos dice:
“17Si invocáis por Padre a aquel que sin acepción de personas juzga según la obra de cada uno, conducíos en temor todo el tiempo de vuestra peregrinación”.
Nosotros como hijos redimidos por la sangre de Jesucristo, ya pensamos de una manera distinta a los no creyentes. En Fil.3:18-21 nos recuerda:
19El fin de ellos será la perdición. Su dios es el vientre, su gloria es aquello que debería avergonzarlos, y solo piensan en lo terrenal. 20Pero nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo. 21Él transformará nuestro cuerpo mortal en un cuerpo glorioso semejante al suyo, por el poder con el cual puede también sujetar a sí mismo todas las cosas”.
Con lo expuesto, sabemos que la vida es mucho más que los pocos años naturales que viviremos en este planeta. El desear tener todo en esta corta vida, el querer vivir solo el momento, adoptando valores relativos, prioridades y estilos de vida del mundo que nos circunda, es coquetear con las tentaciones que nos ofrece este mundo, para caer y convertirnos en adúlteros espirituales. Lo contrario de lo dicho es pensar que “Nuestro Origen, Identidad, Propósito y Destino, nos dirigen y están en la eternidad y nuestra patria es el cielo”. En Santiago: 4: 1-9 nos dice:
“1¿De dónde vienen las guerras y los pleitos entre vosotros? ¿No es de vuestras pasiones, las cuales combaten en vuestros miembros? 2Codiciáis y no tenéis; matáis y ardéis de envidia y nada podéis alcanzar; combatís y lucháis, pero no tenéis lo que deseáis, porque no pedís. 3Pedís, pero no recibís, porque pedís mal, para gastar en vuestros deleites. 4¡Adúlteros!, ¿no sabéis que la amistad del mundo es enemistad contra Dios? Cualquiera, pues, que quiera ser amigo del mundo se constituye en enemigo de Dios. 5¿O pensáis que la Escritura dice en vano: «El Espíritu que él ha hecho habitar en nosotros nos anhela celosamente»? 6Pero él da mayor gracia. Por esto dice: «Dios resiste a los soberbios y da gracia a los humildes». 7Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros. 8Acercaos a Dios, y él se acercará a vosotros. Pecadores, limpiad las manos; y vosotros los de doble ánimo, purificad vuestros corazones. 9Afligíos, lamentad y llorad. Vuestra risa se convierta en lloro y vuestro gozo en tristeza. 10Humillaos delante del Señor y él os exaltará”.
Por otra parte, somos embajadores de Jesucristo (2Cor:5:20), habiendo hecho un pacto de compromiso y lealtad a él, y no podemos deslizarnos a hacer un compromiso y lealtad, al lugar donde desarrollamos nuestra misión, es decir, adaptándonos e identificándonos al extremos de gustarnos y preferirlo y dejar de representar a Jesucristo en este mundo; seríamos traidores. La palabra es muy clara al respecto de la traición; en 1Per.2:11 y 1Cor.7:29- 31 nos dice:
“11Amados, yo os ruego como a extranjeros y peregrinos, que os abstengáis de los deseos carnales que batallan contra el alma”, “29Pero esto digo, hermanos: que el tiempo es corto. Resta, pues, que los que tienen esposa sean como si no la tuvieran; 30los que lloran, como si no lloraran; los que se alegran, como si no se alegraran; los que compran, como si no poseyeran, 31y los que disfrutan de este mundo, como si no lo disfrutaran, porque la apariencia de este mundo es pasajera”.
En 2Cor.4:18 dice: “18no mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven, pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas”.
También la Palabra nos dice que en el mundo tendremos aflicción (Jn.16:33).
Termino diciendo que Dios Padre para evitar el aferrarnos demasiado a esta tierra, el permite que experimentemos algún grado de incomodidad y tristeza en nuestra vidas, es decir anhelos que nunca serían satisfechos en esta vida natural, la tierra no es nuestro hogar final; hemos sido creados para algo mucho mejor. Hebreos 11:13-16 dice:
13En la fe murieron todos estos sin haber recibido lo prometido, sino mirándolo de lejos, creyéndolo y saludándolo, y confesando que eran extranjeros y peregrinos sobre la tierra. 14Los que esto dicen, claramente dan a entender que buscan una patria, 15pues si hubieran estado pensando en aquella de donde salieron, ciertamente tenían tiempo de volver. 16Pero anhelaban una mejor, esto es, celestial; por lo cual Dios no se avergüenza de llamarse Dios de ellos, porque les ha preparado una ciudad.
La gente busca la felicidad por medios de lo que ofrece el mundo, pero no saben que la vida no consiste en la búsqueda de ella, ella viene por pensar como Dios piensa. Todos los creyentes, como seguidores de Jesús, pasamos dificultades sufrimientos y rechazos en este mundo y esto se da por el hecho que la tierra no es nuestra última morada. Solo cuando recordamos que la vida desde la perspectiva de Dios es: Una PRUEBA, una MAYORDOMÍA y una ASIGNACIÓN TEMPORAL, el enamoramiento de buscar la felicidad en el mundo, pierde el dominio sobre nuestras vidas, porque esta felicidad, la obtenemos totalmente cuando pasamos el umbral de la muerte y llegar a nuestra verdadera casa. Lee “SER COMO JESUCRISTO”
Usted puede hacer esta oración:
Padre amado, he entendido, que Yo y la gente, hemos buscado, la felicidad por medios que ofrece el mundo, pero no hemos sabido que la vida no consiste en la búsqueda de ella, por el contrario, ella viene por recibir y pensar como TÚ piensas. He entendido que como creyente, como seguidor de Jesús mi VIDA, pasamos dificultades sufrimientos y rechazos en este mundo, y esto se da, por el hecho que la tierra no es nuestra última morada. Solo cuando recordamos que la vida desde TÚ perspectiva es: Una PRUEBA, una MAYORDOMÍA y una ASIGNACIÓN TEMPORAL, así perdiendo el dominio sobre mi vida del enamoramiento de buscar la felicidad en el mundo, porque esta felicidad, la obtenemos totalmente cuando pasamos el umbral de la transformación o de la muerte, y llegar a nuestra verdadera casa. Y te pido, que afirmes TÚ perspectiva en mí, en el Nombre de Jesús amen.