#9:1 RAÍZ CONFLICTO ÁRABE
¿Cuál es la raíz bíblica del Conflicto en el Cercano
Oriente?
¿Dice algo la Biblia sobre los países árabes?
Con los constantes cambios que se dan en esas latitudes
del globo, pareciera que el Cercano Oriente, en su totalidad, se encontrara
nuevamente en un estado de levantamiento y crisis. Las preocupaciones, el temor
y la inseguridad, son un producto secundario de la cobertura informativa
secular en las noticias. A menudo, los mensajes y artículos cristianos sobre este
tema no son mucho más que una exégesis de los diarios. ¿Por qué? Porque no se
trata el tema desde el punto de vista bíblico. Necesitamos una cobertura
informativa basada en las Escrituras. ¿Cuál es, entonces, la raíz bíblica de
este conflicto?
En primer lugar, debemos notar que Dios es ilimitado y
soberano, y que tiene los acontecimientos bajo control. Como creyentes, no
necesitamos preocuparnos por los titulares de los diarios. En segundo lugar,
desde el punto de vista de las Escrituras, queda totalmente claro que la
tierra, que generalmente es denominada como Palestina, se conforma a la ley
Dios y Él la dio al pueblo judío. La Biblia rechaza toda demanda árabe en
cuanto a la tierra.
La siguiente reflexión abarca cuatro áreas:
1.
La raíz del conflicto,
2.
La continuación del
conflicto original hasta el tiempo actual,
3.
El futuro de los estados
árabes en este conflicto y
4.
Y las dos regiones
devastadas en el reino mesiánico.
Según las Escrituras, está claro que la tierra
generalmente denominada Palestina fue dada al pueblo judío, conforme a la ley
divina. La misma es, en todo el sentido de la palabra, “propiedad judía” y
pertenece a Israel. La Biblia declara toda demanda árabe en cuanto a la tierra
como inválida. Sea lo que sea que la Biblia diga sobre los pueblos árabes,
nunca incluye la Tierra de Israel.
Mientras se le ha dedicado mucho tiempo a la profecía
sobre Israel, se ha hablado poco de la profecía sobre los estados árabes.
Trataremos este tema en tres ámbitos separados.
·
Primero hablaremos sobre
la raíz del conflicto, para que comprendamos cómo comenzó.
·
En segundo lugar, nos
ocuparemos de su continuación, desde sus orígenes hasta el presente.
·
Y en tercer lugar,
trataremos el futuro de este conflicto y el futuro de los países árabes.
I. LA
RAÍZ DEL CONFLICTO.
El pueblo escogido de Dios está formado por los
descendientes de Abraham, Isaac y Jacob. Su origen se encuentra en el pacto
abrahámico, mencionado en Génesis 12:1-3. El origen de los pueblos árabes se
menciona en Génesis 12:10-20; 16:1-14; 25:19-31, 41. La raíz bíblica del
conflicto entre Israel y los estados árabes la encontramos en dos personas:
Ismael, el medio-hermano de Isaac, y Esaú, el hermano mellizo de Jacob.
ISMAEL
El origen de los pueblos árabes comienza con aquello que
podemos denominar la “necedad de Abraham”, de lo cual leemos en Génesis
12:10-20. Una hambruna, llevó a Abraham y a su esposa Sara, con sus rebaños y
siervos, a Egipto. La belleza de Sara era grande, y como Abraham conocía la
reputación del faraón, temía que éste lo pudiera matar para poder tomar a su
esposa para su harén. Como Sara era medio-hermana de Abraham, calló el hecho de
que también era su esposa. Y, luego, sucedió aquello que él más había temido.
Sara fue llevada al harén del faraón. Abraham recibió una dote por ella. Pero,
antes de que pudiera suceder cualquier cosa, Dios intervino y Sara le fue
devuelta a Abraham. Éste salió de Egipto con todo lo que el faraón le había
dado, y con una sierva llamada Agar.
Muchos años pasaron. Dios seguía callado y Sara seguía
estéril. Correspondiente a las costumbres de aquel tiempo, Sara le ofreció su
sierva Agar a Abraham, para que ella le diera un hijo – esto fue la “necedad”
de Sara (Gn. 16:1-6). Y Agar le dio un hijo, al que le pusieron el nombre de
Ismael. Éste llegó a ser uno de los patriarcas de los árabes.
En Génesis 16:10-12, Jehová predice el carácter de
Ismael:
o Primeramente, sería un hombre “HOMBRE FIERO”, lo que
significa que su descendencia serían tribus nómades.
o Segundo, lo caracteriza como AGRESOR: “su mano será
contra todos”.
o Tercero: Así como él sería un agresor, también atraería
VENGANZA SOBRE SÍ MISMO: “y la mano de todos contra él”.
o Y por último: “DELANTE de todos sus HERMANOS HABITARÁ” lo
que significa que, aunque árabes y judíos viven lado a lado, serían hostiles
los unos contra los otros.
ESAÚ
El segundo patriarca de los árabes es Esaú. Mientras que
Ismael e Isaac eran medio-hermanos, Esaú y Jacob, al contrario, eran no
solamente hermanos carnales, sino mellizos. Pero, Esaú había nacido primero. Y
por eso él tenía la primogenitura, lo que en ese tiempo le daba el derecho de
recibir una doble porción de la herencia del padre. Aún más importante era, sin
embargo, que Dios quería usar el portador de la primogenitura para cumplir Su
plan divino del pacto abrahámico. Pero, “menospreció Esaú la primogenitura” y
la vendió a Jacob por un plato de guisado de lentejas.
Cuando Isaac era anciano y llegó el momento de la
repartición de la bendición del primogénito, mientras Esaú estaba fuera de su
casa (Gn. 27), Jacob engañó a su padre para recibir él la bendición. El pecado
no fue el haber robado la bendición patriarcal – ésta le correspondía por ley a
Jacob – el pecado fue el engaño. La fuente del odio de Esaú y el conflicto que
surgió del mismo, se encuentra en Génesis 27:41:
“Y
ABORRECIÓ Esaú a Jacob por la bendición con que su padre le había bendecido, y
dijo en su corazón: LLEGARÁN LOS DÍAS DEL LUTO de mi padre, y YO MATARÉ a MI
HERMANO JACOB."
No solamente vemos el odio de Ismael hacia Isaac, sino
también el odio de Esaú hacia Jacob. Los estados árabes son: ya sea
descendientes de Ismael o descendientes de Esaú. La raíz del conflicto actual
con Israel, se encuentra en esas dos personas.
II. LA CONTINUACIÓN
DEL CONFLICTO.
Después de la muerte de Ismael y de Esaú, las tribus
correspondientes debían crecer, para convertirse en pueblos bien arraigados en
su propia región, mientras que los israelitas, en Egipto, eran convertidos en
esclavos del faraón. Los árabes, aparentemente, tenían todas las bendiciones y
parecía que los judíos habían recibido las maldiciones. El conflicto entre los
hermanos continuó, porque el odio y la hostilidad fueron sembrados en los
corazones de sus descendientes.
Uno de los primeros ejemplos del conflicto continuado, lo
encontramos en Números 20:14-21. Más de 400 años más tarde, después que Dios
liberara a Su pueblo de la esclavitud y les diera la ley, ellos se encontraban
de camino a la tierra prometida para tomar posesión de la herencia. El camino
más corto a la tierra prometida pasaba por Edom. Moisés envió mensajeros al rey
de Edom y le pidió permiso para cruzar su tierra. Era una petición sencilla,
basada en el parentesco de sangre entre los dos pueblos. Pero, aunque habían
pasado más de 400 años, todavía se mostraba la hostilidad continuada de los
descendientes de Esaú frente a Israel. Esta hostilidad había tenido su origen
en el mismo Esaú. El rey de Edom les negó la travesía, y envió a su ejército
para obligar a los israelitas a tomar el camino largo bordeando su tierra.
En conformidad con el carácter de Ismael y de Esaú, los
descendientes de estos dos hombres se encontraban en constante batalla con
Israel. En todo el libro de los Jueces encontramos ejemplos de conflictos entre
ismaelitas, edomitas, e israelíes. En el tiempo de la conquista babilónica, los
edomitas gustosamente entregaron a los babilonios a los fugitivos judíos que
habían escapado de la destrucción, a pesar de que Edom también estaba bajo el
yugo babilónico.
En el Salmo 83, el salmista describe no sólo su propio
tiempo, sino también, proféticamente, la situación en el Cercano Oriente:
“Oh Dios, no guardes silencio; no calles, oh Dios, ni te
estés quieto. Porque he aquí que rugen tus enemigos, y los que te aborrecen
alzan cabeza. Contra tu pueblo han consultado astuta y secretamente, y han
entrado en consejo contra tus protegidos. Han dicho: Venid, y destruyámoslos
para que no sean nación, y no haya más memoria del nombre de Israel. Porque se
confabulan de corazón a una, contra ti han hecho alianza las tiendas de los
edomitas y de los ismaelitas, Moab y los agarenos; Gebal, Amón y Amalec, los
filisteos y los habitantes de Tiro. También el asirio se ha juntado con ellos;
sirven de brazo a los hijos de Lot” (Sal. 83:2-9).
En los primeros tres versículos, el salmista describe una
conspiración unida y un pacto contra Israel. Se habla allí de gente
revolucionaria y engañosa, que se unen contra los judíos. Su meta es claramente
descrita en el versículo 4 y ésa es la destrucción de Israel, para que “no haya
más memoria del nombre de Israel”. Ellos quieren destruir a este pueblo, de
modo que el mundo ya no tenga recuerdo ni tan solo del nombre de Israel.
Durante la Guerra de los Seis Días, esta frase del Salmo
83 se convirtió en el grito de batalla de los pueblos árabes que trataban de
aniquilar el Pueblo de Israel. Y aun en la actualidad, eso es lo que gritan los
pueblos del Cercano Oriente, los descendientes de Ismael y de Esaú, que siguen
odiando a Israel y deseando la aniquilación de los judíos.
III. EL
CONFLICTO EN EL FUTURO.
Si queremos determinar la posición de los países árabes
en el reino de mil años, debemos hacerlo ante el escenario del continuo odio
árabe contra los judíos. El futuro para los estados árabes individuales, es
fijado en base a dos principios: En primer lugar, a través de su historia de
antisemitismo; y, en segundo lugar, a través de lo estrecho del parentesco
sanguíneo de estos países con Israel.
Al final, habrá paz entre Israel y los diversos países
árabes, pero la misma se presentará en tres formas diferentes:
o Primero, en el camino de la ocupación;
o Segundo, a través de la aniquilación; y,
o Tercero, a través de la conversión.
A.
LÍBANO.
Entre Israel y el Líbano habrá paz por medio de la
ocupación. El Líbano siempre fue parte de la tierra que Dios le había prometido
a Abraham. En Ezequiel 47:13-48:29 se mencionan las fronteras del Estado de
Israel en el reino mesiánico. En ese tiempo, algunas de las tribus israelíes
del norte habitarán y poseerán a el Líbano en su totalidad. Durante el reino
mesiánico ya no habrá un país llamado Líbano.
B.
JORDANIA.
El actual estado de Jordania abarca las antiguas regiones
de Edom, Moab y Amón. Cada uno de estos pueblos tiene un futuro diferente.
1. EDOM:
Sur de Jordania. Los edomitas son los descendientes de
Esaú, el hermano de Jacob. Entre Israel y el sur de Jordania habrá paz, como
consecuencia de la destrucción a través de guerra y de un conflicto armado que
convertirá a Edom en “asolamiento perpetuo”, (Ez. 35:6-9). Jeremías 49:7-13
enfatiza la destrucción total de la tierra, de modo que no quedará nada de la
“descendencia” de Esaú. En el pasado, a Edom se le dio la oportunidad de
confiar en el Señor, pero ellos no respondieron. Ahora, el cáliz de sus
maldades se ha llenado.
2.
MOAB:
Parte central de Jordania. En lo que respecta a Moab,
también con este país se llegará a una paz a través de la destrucción (Jer.
48:1-46), pero la destrucción no será total. Según el versículo 47, sobrevivirá
un remanente de Moab y se arrepentirá.
3.
AMÓN:
Norte de Jordania. También con Amón será la destrucción
la que efectuará la paz, a lo que seguirá una conversión del remanente (Jer.
49:6). Habrá en el reino mesiánico un pueblo de Amón redimido.
RESUMIENDO:
Podemos decir que habrá paz entre Israel y las tres
partes de Jordania a través de la destrucción, pero no en todas será en la
misma medida. Edom, el sur de Jordania, será destruido completamente. Esaú fue
el hermano mellizo de Jacob, y por eso tenía la consanguinidad más estrecha.
Los pueblos de Moab y Amón son descendientes de Lot, el sobrino de Abraham, y
por eso su parentesco sanguíneo es más lejano. Su destrucción será sólo en
parte.
C.
EGIPTO.
Entre Israel y Egipto habrá paz, primeramente como consecuencia
de la destrucción, y más adelante a causa de la conversión. Isaías 19:1-10
describe el castigo de Egipto por su pecado – el odio persistente contra
Israel. Como repercusión del principio de maldición del pacto abrahámico, Egipto
sufrirá una devastación pasajera durante los primeros 40 años del reino
mesiánico (Joel 4:19). Pero Isaías 19:1-22 describe también su conversión. Un
altar será levantado en la tierra de Egipto como señal y testimonio del poder
del Dios de Israel para salvar a la tierra de Egipto. Dicho país será
destrozado y, luego, otra vez será sanado.
D.
ASIRIA (norte de IRAK).
Entre Israel y Asiria surgirá la paz por la conversión.
Isaías 19:23-25 describe una “calzada de Egipto a Asiria”, la “Vía Maris” de la
antigüedad, que pasaba por Israel. Una ruta comercial es un símbolo económico.
Por eso, la paz resultante se mostrará en la unidad económica, política y
religiosa, porque todos ellos adorarán al mismo Dios.
E.
CÉSAR y HAZOR (ARABIA SAUDITA).
Entre Israel y Arabia Saudita habrá paz como consecuencia
de la destrucción. Jeremías 49:28-33 describe la desolación total de Arabia
Saudita a través de guerra. Los habitantes serán dispersados por el mundo
entero, por toda la duración del reino mesiánico. Dicha región será “morada de
chacales, soledad para siempre; ninguno morará allí, ni la habitará hijo de
hombre.”
F. ELAM
(PERSIA o IRÁN).
A pesar de que Persia o Irán (el antiguo Elam) no es un
país árabe, comparten la misma religión con los árabes actuales. También su
futuro está pronosticado en la Palabra de Dios. Entre Israel e Irán habrá paz a
través de la destrucción y la dispersión, seguido de la conversión y el
subsiguiente regreso (Jer. 49:34-39). Como consecuencia de la destrucción, el
pueblo de Elam será dispersado por el mundo entero. Pero, el versículo 39 dice
que la destrucción será en parte y la dispersión pasajera. El pueblo regresará
y poseerá la tierra. Contrariamente al caso de Egipto, no se menciona la
duración de la destrucción.
IV. LAS
DOS REGIONES DESOLADAS EN EL REINO MESIÁNICO.
Durante la era mesiánica, el mundo entero será fructífero
y hermoso. A pesar de eso, durante todo el tiempo del reino mesiánico habrá dos
regiones desoladas donde arderán la brea y el azufre. La primera de ellas será
Babilonia, la antigua capital del mundo del Anticristo. Será un lugar donde
quedarán cautivos los demonios. A causa de sus pecados contra Israel, la
segunda región de desolación será Edom. También allí se mantendrá cautivos a
los demonios.
De modo que, a pesar de todos los disturbios en el
Cercano Oriente, podemos estar seguros que Dios tiene todo bajo control, y que
las naciones árabes serán juzgadas conforme a Su plan de los tiempos.
REFLEXIONA
Sabes, Apocalipsis 19:10 dice que Jesús es el espíritu de
profecía. Todo el libro de Apocalipsis, todas las profecías bíblicas, exaltan a
Jesús, Él es a quien DEBEMOS EXALTAR CADA DÍA, puesto que TU NECESITAS CONOCER
a JESUCRISTO COMO SEÑOR Y SALVADOR. Porque, lo que se ha estado describiendo en
ese terrible tiempo de tribulación de siete años, no será un tiempo en el cual
nadie querrá estar vivo. Ahora, algunas personas dicen, bueno, ¿Esa es una
válvula de escape para sacarte del problema? Sí, lo es, pero son los términos
de Dios. Por su gracia, Él me ha dado la oportunidad de recibirle, a Jesucristo, quien es exaltado en la profecía
bíblica, y que vino a lavar todo pecado. es decir, Él murió en una cruz y tres
días más tarde resucitó de entre los muertos. Su MUERTE en la CRUZ llevó la
acta de PECADOS MIOS, pagando con el DERRAMAMIENTO de SU SANGRE, lavó y limpió
mi pecado, y cuando Él RESUCITÓ de ENTRE los MUERTOS GARANTIZÓ, y es el único
capaz de hacerlo. Ahora, siendo ese el caso, y si exaltamos a Jesús, tienes que
aceptar lo que dice, has de admitir que
eres un pecador frente a un Dios perfecto, santo, puro. Él estableció las
normas. Él envió a Su Hijo para eliminar el problema del pecado, tienes que
confiar en Cristo, en Su MUERTE, SEPULTURA y RESURRECCIÓN. Y luego, así como
todos nosotros lo hemos hecho, tienes que invocarle para que venga a tu corazón
y vida y te salve. Eso es lo que hay que hacer antes de que todas estas cosas
comiencen. Y YA NO HAYA MAS REMEDIO.
ORACIÓN
Padre, reconozco que JESUCRISTO murió por mis pecado, y
en este momento, en ejercicio de mi voluntad, le recibo dentro de mi corazón,
como mi único Señor y Salvador. Así mismo, Padre protégeme de cualquier idea,
cosa o relación con una persona, que con lentitud me lleve al camino equivocado
del apego y así entiviarme. Mantén mis pensamientos fijos más bien en todo lo
que es verdadero, puro, amable, y digno de alabanza. Hazme ser muy sensible a
las personas que hay en mi vida y a las influencias que ejercen sobre mis
hábitos espirituales, emociones, mentales y físicos. Trae amigos genuinos y
sabios a mi vida y disuelve cualquier lazo de apego con aquellos que pueden
debilitar mi relación contigo. Sé que nada guarda mi corazón más que hacer tu
voluntad.
Pastor Jorge Miranda S.