#8:2 EL IMPERIO ROMANO
Y son siete reyes. Cinco de ellos han caído; UNO ES, y EL
OTRO AÚN NO HA VENIDO; y cuando venga, es necesario que dure breve tiempo. La
bestia que era, y no es, es también el octavo; y es de entre los siete, y va a
la perdición. Ap 17:10 -11
Desde una perspectiva Bíblica/Profética, seis grandes imperios
se han levantado en la escena mundial y se han desvanecido en la bruma de la
historia, y el séptimo imperio todavía ha de surgir. Existirá por un corto
periodo y será seguido por un octavo y último imperio, identificado como el
reino de la bestia.
El reino de la bestia formará una coalición de diez
naciones que causará estragos en las naciones que se opongan, decapitando a
todos sus enemigos (Apocalipsis 20:4).
La profecía bíblica, futura tanto como la pasada siempre
está ligada a Israel y al pueblo judío. De los siete reyes proféticos, Juan, al
escribir su libro de Apocalipsis, indicó que cinco ya habían caído y no
existían más en el tiempo de Juan. Estos reinos comenzaron con el imperio
egipcio, que fue el primer imperio importante en la Biblia que impactó al
pueblo hebreo por más de cuatrocientos años (Génesis 15:13).
Estos cinco reinos incluyen:
1. El Imperio egipcio: su historia está registrada en el
libro de Éxodo.
2. El Imperio asirio: su historia se registra 1 y 2 Reyes
y 1 y 2 Crónicas.
3. El Imperio babilónico: su historia se registra en
Daniel, Esdras y Nehemías.
4. El Imperio Medo-Persa: su historia se registra en
Daniel.
5. El Imperio griego: su historia se encuentra en
simbolismos en el libro de Daniel.
Cuando Juan escribió el libro de Apocalipsis
aproximadamente en el 95 d.C., estos cinco importantes imperios habían caído
del mapa histórico y ya no controlaban el mundo. Sin embargo, Juan identificó
un imperio en existencia en su día, llamándolo “UNO ES”.
El único imperio global en los días de Juan era el
Imperio romano, cuyos ejércitos ocupaban Israel en la época de Cristo. En el
año 70 d.C., la Décima Legión Romana había usado arietes para derribar los
muros de Jerusalén, incendiando el templo y conduciendo a los judíos encadenados
en barcos de vuelta a Roma.
Para el 95 d.C., una gran persecución asoló la iglesia
cristiana, y en Roma los cristianos se escondían en miles de cuevas
subterráneas llamadas catacumbas.
En tiempos de la visión escatológica de Juan en
Apocalipsis, Roma tenía el control absoluto de todos los asuntos políticos,
militares y económicos de las naciones que rodeaban al mar Mediterráneo. En
Apocalipsis 17:10, Juan identifica el séptimo imperio como “el otro aún no ha
venido; y cuando venga, es necesario que dure breve tiempo”. La identidad de
este reino ha diferido entre los eruditos bíblicos. Todo imperio del pasado fue
sucedido por uno más fuerte, y esta sucesión nunca se ha quebrado. Si el Imperio
romano fue el sexto imperio profético que finalmente se desvaneció, y la
sucesión continuaría hasta el fin de los días, entonces ¿quién o cuál era el
séptimo imperio que continuaría por “un breve tiempo”? La verdadera pregunta
es:
¿Qué o quién siguió al Imperio romano?
Esto es difícil de responder, porque el Imperio romano
nunca fue derrotado política o militarmente por un imperio. Roma simplemente se
deterioró moral, política y espiritualmente y su poder desapareció.
El Imperio romano fue finalmente invadido por numerosas
tribus germánicas. Algunos historiadores señalan que cuando el Imperio romano
decayó, las tribus germanas del este tomaron gran parte de la tierra una vez
gobernada por Roma. Ellos identificaron este periodo como la época oscura de la
era bárbara para el ex Imperio romano.
Los eruditos observan que hubo diez grupos que terminaron
apoderándose de la tierra regida por Roma. Estos diez grupos son identificados
por la mayoría de los investigadores como:
Los hunos
Los visigodos
Los vándalos
Los ostrogodos
Los francos
Los anglosajones
Los suevos
Los burgundios
Los hérulos
Los lombardos
Grupos tales como los Adventistas del Séptimo Día, creen
que la profecía de Daniel de los diez cuernos (Daniel 7:24) y la bestia de diez
cuernos de Juan (Apocalipsis 17:12), junto con los diez dedos de la imagen
metálica (Daniel 2:42), se cumplieron cuando estos grupos finalmente se
establecieron en todos los países que una vez gobernó Roma.
Esto, sin embargo, no puede ser el último cumplimiento
literal. La Biblia enseña: “Y en los días de estos reyes el Dios del cielo levantará
un reino que no será jamás destruido, ni será el reino dejado a otro pueblo;
desmenuzará y consumirá a todos estos reinos, pero él permanecerá para siempre”
(Daniel 2:44).
En los días de los diez reyes, se pondrán tronos y se
iniciará el juicio (Daniel 7:7-10). Estos diez grupos enumerados anteriormente,
al final dominaron el territorio del Imperio romano.
Sin embargo, los diez futuros reyes proféticos reciben su
poder y autoridad en el lapso de una hora cuando la bestia (el Anticristo)
forma su octavo reino (Apocalipsis 17:12). He leído muchas creencias de que los
diez reyes de la profecía fueron esos diez grupos, que ya vinieron y se fueron,
pero este no es el cumplimiento de las muchas predicciones del tiempo del fin
en Daniel y Apocalipsis.
Cristo regresará en los días de los diez reyes, y no
regresó después de la desaparición de las diez tribus que se apoderaron del
Imperio romano en la historia antigua. (Ver Apocalipsis 17:12-14).
LA
CAIDA DE ROMA
Después de tres siglos de persecución, Constantino se
convirtió en Emperador de Roma en el año 312 d.C., legalizando el cristianismo
al proclamarlo una de las religiones oficiales del Imperio romano. El
majestuoso Imperio romano se dividió entonces entre Roma en el oeste, y
Constantinopla en el este, una ciudad construida por Constantino en Turquía, a
cual se conoce en la actualidad como Estambul. Cuando la Roma Imperial cayó,
surgió una nueva Roma espiritual que combinó el poder de la iglesia y del
estado en una entidad: el papa y la Iglesia romana de occidente.
En el este nació un nuevo imperio político/espiritual,
que fue llamado Imperio bizantino. Al responder la pregunta: ¿Quién o qué tomó
el lugar del Imperio romano? Hay varias sugerencias.
PRIMERA
TEORÍA
Algunos sugieren que el séptimo imperio fue el sacro
Imperio romano, que consistió en una coalición de territorios localizados en Europa
Central durante la Edad Media, y continuó hasta principios de la historia
moderna. Otón el Grande, coronado como emperador en el 962 d.C., es considerado
el primero de los emperadores del sacro Imperio romano. Durante la guerra con
Napoleón en 1806, Francisco II, el último emperador del sacro Imperio romano,
disolvió el Imperio. En los últimos quince siglos, el imperio fue llamado el
sacro Imperio romano germánico. Aunque el imperio se disolvió en el siglo
diecinueve el poder de Alemania fue evidente en la Primera y Segunda Guerras
Mundiales. Solo después de la derrota de Hitler en 1945 fue quebrado el poder
alemán y reemplazado por un movimiento para unir Europa en una nueva coalición,
identificada después como la Unión Europea.
SEGUNDA
TEORÍA
Esto nos lleva a la segunda teoría, la cual relaciona la
moderna Unión Europea (UE) con el séptimo imperio de la profecía, que
continuará “breve tiempo”. Es notable que muchas de las naciones miembros de la
UE históricamente fueron parte del antiguo Imperio romano, y puesto que el
séptimo imperio es una sucesión continua del otro, entonces el séptimo, o la
UE, está ligado con el sexto (la Roma Imperial).
Ya que el Sacro Imperio romano existió por más de 840
años, este imperio no puede ser el que continuará por “breve tiempo”,
mencionado por Juan. La UE, originalmente llamada Comunidad Económica Europea,
se edificó sobre el fundamento de las comunidades europeas del carbón y el
acero, y fue establecida para unir a Europa, para evitar las muchas guerras en
Europa, y establecer la paz. La Unión comenzó con seis naciones y ha aumentado
hasta veintisiete.
Puesto que Juan dice que el séptimo durará “breve
tiempo”, algunos sugieren que la moneda de la UE, el euro, y los líderes de la
UE gobernarán y controlarán las estrategias económicas de Europa por un corto
tiempo, pero finalmente serán absorbidos por el octavo y último reino del
Anticristo.
TERCERA
TEORÍA
Existe además una tercera teoría. Algunos occidentales no
son conscientes de que en el pasado, el islam forjó un importante imperio en
Medio Oriente. Los turcos otomanos conquistaron a los bizantinos en la batalla
de Constantinopla en 1299 y se apoderaron de la mayor iglesia cristiana del
imperio y la transformaron en una mezquita.
Los turcos expandieron su influencia y dominio a través
del norte de África, el Medio Oriente, Turquía y el sur de Rusia. En un tiempo,
el Imperio turco otomano fue tan grande como el antiguo Imperio romano. Desde
1299 a 1923, el mundo —especialmente Medio Oriente, el norte de África, y el
sudeste de Europa— lidió con los turcos. Inmediatamente después de la Primera
Guerra mundial, los turcos invadieron Armenia, matando al menos 1,5 millones de
armenios, muchos de los cuales eran cristianos. En 1917, el control del Imperio
Otomano comenzó a debilitarse, como se evidenció cuando el comandante británico
general Allenby conquistó Palestina en 1917.
Con el tiempo, los estadounidenses, franceses, y
británicos se convirtieron en los actores principales al dominar la política y
la economía del norte de África y gran parte de Medio Oriente.
El descubrimiento de petróleo en Persia en 1908 fue el
comienzo de la influencia occidental. El Occidente necesitaba el petróleo, y
las naciones árabes del Medio Oriente, el dinero para llegar a ser algo más que
una tribu de nómades que vivía en el desierto. La prosperidad estaba oculta en
el líquido oro negro del desierto, y las compañías petroleras occidentales
cavaron en la arena de las dunas, transformando el petróleo en un flujo de
efectivo. Los Estados del Golfo se hicieron amigos de Occidente por brindarles
la tecnología que necesitaban para generar incalculable riqueza.
La riqueza petrolera vinculó a los Estados islámicos del
Golfo del Oriente con las naciones de Occidente, y las relaciones se concentraron
en la prosperidad y el crecimiento. El Occidente fue apreciado y admirado por
los reyes y príncipes islámicos de los Estados del Golfo.
Sin embargo, los cielos despejados se
oscurecieron en forma alarmante en 1948 cuando Gran Bretaña y Estados Unidos
participaron en la reconstrucción de la nación de Israel y devolvieron a los
judíos una Palestina dividida. Desde la desaparición del Imperio Otomano, los
ojos islámicos exploran el horizonte mundial buscando un esperado “jinete del
caballo blanco” que unirá a los musulmanes bajo un nuevo califa islámico. Como
el Imperio otomano turco comenzó en 1299 y continuó hasta 1923 (624 años), no
es probable que este sea el séptimo imperio profético, que durará solo “un
breve tiempo”.
Sabemos que Roma se dividió en Oriente y Occidente, con
Roma liderando el Occidente y Turquía el Oriente. Sin embargo, los diez reyes
son líderes del futuro y no del pasado. Por favor observe que aunque la Roma
imperial colapso, la Iglesia romana unió la iglesia con el estado y mantuvo el
dominio espiritual y político en todas las zonas de Europa.
El Imperio bizantino gobernó desde el Oriente y continuó
su dominio durante más de mil años. Entonces se forjó el sacro Imperio romano.
Así, de una u otra manera, una forma de gobierno y sistemas romanos han
continuado a lo largo de la historia desde la época de Cristo. Creo que la
mejor opción para el séptimo imperio que se forma en los últimos días antes del
surgimiento del Anticristo se vincula con la Unión Europea, ya que muchas de las
naciones de la actual Unión Europea fueron parte del Imperio romano.
Por primera vez desde que se dividió el Imperio romano
bajo Constantino, Europa se ha unido bajo un estandarte, con una moneda, y una
libre frontera. La UE está fuertemente influenciada por Occidente y con el
tiempo será invadida por las fuerzas del Oriente.
EL
SURGIMIENTO DEL OCTAVO IMPERIO
Siguiendo al séptimo imperio del “breve tiempo”, el
octavo y final imperio profético emergerá durante el último tiempo llamado Gran
Tribulación (Mateo 24:21).
Este octavo y último imperio estará formado por una
coalición de diez reyes que entregarán su autoridad a un hombre, identificado
por los eruditos como el Anticristo. Esta coalición del octavo reino dominará
los asuntos mundiales por cuarenta y dos meses, como predijo Daniel: “ y serán
entregados en su mano hasta tiempo [un año], y tiempos [dos años], y medio
tiempo [seis meses]” (Daniel 7:25; vea también Daniel 12:7).
Está establecido que estos cuarenta y dos meses finales
ocurran al final de un marco de tiempo de siete años identificado como la Gran
Tribulación (Mateo 24:21). Incluirá un tiempo de aflicción para Israel como la
nación jamás ha experimentado (Daniel 12:1).
Al examinar cuidadosamente todos los detalles que se dan
en la Biblia y los comentarios de los padres primitivos de la Iglesia,
referentes al surgimiento del Anticristo y el “reinado de la bestia”, y al
compararlos con ciertas expectativas apocalípticas islámicas sobre su último
esperado, es obvio que la descripción bíblica de este último dictador, es
extrañamente similar al hombre islámico presagiado que los musulmanes creen que
surgirá al fin de los días: Identificado por los musulmanes como el Mahdi,
según las tradiciones y creencias islámicas transmitidas referentes a este
líder futuro, este hombre unirá al islam bajo un imperio, lo cual es un
paralelo de las profecías sobre el Anticristo mencionado en la Biblia.